0-0 | El Dépor es menos ante los grandes

En un nuevo ejercicio de impotencia ante un rival directo en Riazor, no supera al Alcorcón y sella su dimisión del ascenso directo | Lucas y Svensson pudieron cambiar la historia, Mackay también salvó con una mano | No hubo triunfo dedicado a Arsenio

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Ni ante Castilla ni ante Alcorcón ni ante el Córdoba cuando era líder. En un nuevo ejercicio de impotencia ante uno de los equipos importantes en Riazor, el Dépor dimite definitivamente del ascenso directo. Ya lo tenía lejos, ahora ni establece contacto visual con el liderato. En el peor de los casos estará a cinco puntos con nueve en juego cuando finalice la jornada. Ni hay que hacer cuentas. El equipo coruñés ha hecho méritos esta temporada para colocarse en un segundo escalón del campeonato, a poca distancia del primero, pero ahí. Ni más ni menos. Está donde tiene que estar. No fue capaz de dedicarle el triunfo a Arsenio Iglesias ni a una grada golpeada por su pérdida. Lucas Pérez y Svensson pudieron pegarle un volantazo a la historia. Mackay también salvó antes. El empate no desagravia a nadie. El play off le espera.  

En un partido tan a flor de piel, los primeros minutos iban a jugarse dentro y fuera. El homenaje al ídolo de Arteixo no se iba a acabar con el pitido inicial. Rodaba el balón y toda la grada aún estaba emocionada, mientras el fondo de Marathón no paraba de cantarle a quien se había marchado. Ante una atmosfera que podía condicionar tanto, el Alcorcón se esmeró, desde los primeros lances, en recordar que aquí se había venido a jugar al fútbol, que no dejaba de ser un partido más. Ni un minuto y ya había forzado un saque de esquina. El cabezazo tras el lanzamiento ya le proporcionó el primer susto a Mackay. Los amarillos hacían sonar el despertador del Dépor. Había que ponerse a faenar.

Y el equipo coruñés respondió rápido con una pelota robada y con un lanzamiento de Mario Soriano desde la frontal que se iba fuera. La baja de Quiles colocaba tanto a él como a Lucas en el centro del plano.Eran los dos habituales arriba, debían dar un paso al frente. No terminaron de encuadrarse bien. Les acompañaba Kuki Zalazar por la derecha y Olabe y Rubén Díez en la media. Las tres novedades. Sorprendía la titularidad del aragonés y la suplencia de Isi Gómez, pero el ex del Badajoz sería requerido en el minuto 21. Se lesionaba Antoñito y Villares pasaba al lateral. Riazor pitaba el cambio porque presuponía que Trilli estaba en el banquillo. No, era baja. No había justicia con Cano, aunque también es cierto que si hubiese estado, tampoco habría jugado. Primera muesca.

Para entonces ya mandaba el Alcorcón. Le costó que surtiese efecto su plan, pero en cuanto pudo ajustar su presión arriba le generó una incomodidad extrema al Deportivo. Como siempre, Rubén Díez perdía muchos balones, no solo él. Berto había estado a punto de marcar en una contra, Mackay tuvo que lucirse en un cabezazo. El líder robaba con facilidad y el Dépor estaba a merced, como ante el Castilla, pero de un modo diferente. Los blancos le mareaban, los amarillos eran más directos. Vulnerables en los dos casos. La grada se estaba inquietando y eso que, dadas las funestas circunstancias, había acudido con la bandera blanca.

Hasta casi la media hora no reaccionó el Dépor. Minutos antes a punto estuvo de marcar Lucas en un despiste de Jesús Ruiz. Los dos equipos disfrutaban de muchos saques de esquina. Los visitantes eran un arma más, los locales, inocuos. Empezó entonces el Dépor a ganar duelos, a presionar más cómodo arriba. Casi marca en un pase atrás de Villares y en una volea de Raúl. El Alcorcón no se rendía y casi marca Chiki, lo evitó una mano salvadora de Mackay. El partido estaba cambiando. El Dépor apretó en los compases finales anhelando un gol que no llegó. Había pasado lo peor, había salido indemne y había levantado la guardia. No era poco.

Deportivo - Alcorcón

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El Dépor demostró, tras el paso por vestuarios, que no se iba a dejar dominar de nuevo. Podía perder, ganar o empatar, pero el timón no iba a ser de su rival. Quiso la pelota, la pidió, subió líneas. Las mejores ocasiones en ese tramo de duelo fueron suyas. Hubo una progresión de Villares en la que Kuki ya se veía festejando, pero Castro taponó donde debía. El duelo era tenso, de pierna dura, competido. Entonces Fran Fernández hizo cambios. Muchos y pronto. No le gustaba lo que veía.

Tres fuera, tres dentro. Sustituyó a toda su segunda línea de ataque e igualó el duelo. El Dépor sentía la amenaza, también empezaba a jugar con el retrovisor. Addai era un incordio por banda, se abría otro panorama de partido. No fue inmediato, pero a Óscar Cano tampoco le cuadraba el nuevo escenario y tomó medidas. Diez minutos más tarde, entraban Svensson para estirar al equipo, pelearse y liberar a Lucas y también tenía cabida Saverio para amenazar desde la izquierda. Ver el nombre de Mario Soriano fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Riazor. Ya habían silbado al técnico en la primera parte y ahora se oía el grito unánime pidiendo su destitución. Para la grada está sentenciado. También hubo sonido de viento para Rubén Díez, otro de los reemplazados. En eso no se escatimaba.

Deportivo - Alcorcón

Deportivo - Alcorcón / Casteleiro | Roller Agencia

En ese tramo final la sensación es que el duelo podía caer para cualquier lado, pero si alguien estaba haciendo más méritos era el Dépor. En las ocasiones, en lo que se puede tocar y medir, hubo tres muy claras para los coruñeses. Svensson mandó una a las nubes con todo a favor, Lucas otra a la lateral de la red casi sobre la hora. Minutos antes, Jesús Ruiz le había sacado una buena mano al coruñés tras un disparo desde la frontal. El empate dejaba a Riazor tocado, pero menos. Es como uno de esos dolores tenues y de fondo, que se soportan, pero incordian y nunca desaparecen. Desde hace unas semanas sabe, en su fuero interno, que no ascenderá de manera directa. El Dépor no puede, no le da. Y cuando es así, solo queda asumirlo.