Entrevista | Iván Barbero Delantero del Deportivo

Iván Barbero: “Llevé fatal la lesión, siempre quieres sacar la garra cuando el equipo está en problemas”

"Sentía impotencia en la grada con la pierna escayolada sin poder ayudar al equipo" - "A día de hoy Yeremay y Mella son los que quizá más están marcando las diferencias arriba"

Iván Barbero, en la ciudad deportiva de Abegondo. // IAGO LÓPEZ

Iván Barbero, en la ciudad deportiva de Abegondo. // IAGO LÓPEZ / Marcos Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Iván Martínez Gonzálvez, Barbero (Roquetas de Mar, 1998), heredó el apodo futbolístico de su padre, José Antonio Martínez, que hizo carrera como portero y llegó a alcanzar la Segunda División en las filas del Almería. El fútbol formó parte de su día a día y nunca había estado tanto tiempo sin jugar como en estos últimos cuatro meses en los que una lesión de menisco condicionó su llegada al Dépor. Recuperado y de vuelta a los terrenos de juego, el delantero vislumbra ante la SD Logroñés la posibilidad de volver a la titularidad por la sanción de Davo.

El fútbol le viene de familia, ¿el entorno le llevó hasta aquí?

Desde pequeño le quitaba las botas a mi padre cuando llegaba de jugar. Me encantaba cómo olían a hierba. Lo veía entrenar con el Almería y era algo que me apasionaba. Nunca esperas llegar a ser futbolista, pero se ha dado así.

¿A un hijo de futbolista le miran más con lupa cuando empieza?

Es complicado para todos. Yo siempre he trabajado con humildad, sin crearme expectativas de nada. Soy joven, tengo futuro por delante y creo que puedo hacer grandes cosas aquí.

Le tocó buscarse siempre oportunidades, primero Almería, Alcorcón, Osasuna, su filial...

Con 20 años destaqué en el filial de Osasuna y salí cedido al Almería, pero me encontré una competencia muy grande. Nada más llegar ya tenía a Darwin Núñez [delantero del Liverpool] de competencia, así que imagínate. En Alcorcón lo mismo, competencia de fútbol profesional. Eres joven, piensas que debes jugar... y no es así. El fútbol se trata de trabajar día a día e intentar aprovechar las mínimas oportunidades que te den, porque a veces son muy pocas.

¿Le costó asimilar después de llegar al fútbol profesional no jugar todo lo que le gustaría?

Porque siempre te comparas con el otro. Te preguntas por qué uno juega y el otro no, pero cuando pasa el tiempo y miras hacia atrás ves que te faltaba ese punto de madurez para entender las cosas y ver que en el fútbol profesional no se regala nada. Pasa lo mismo aquí, porque yo el Dépor lo veo como fútbol profesional. Acabas aprendiendo y me vino bien pasar por esas circunstancias.

Por eso decidió bajar a Primera RFEF con el filial de Osasuna, a pesar de haber alcanzado Primera y Segunda División?

Sí. Y no me costó. Venía de estar en Primera División, no tuve oportunidades, y en Segunda había muy pocos equipos interesados. Preferí el último año de contrato ir al filial porque sabía que el entrenador iba a contar conmigo. Quizá necesitaba ese año de volver a encontrarme con minutos y con goles. Así fue y no me arrepiento de nada.

Le valió para que le llamara el Deportivo...

Por eso. También había equipos de Segunda División interesados, pero preferí el Dépor. Ya se habían interesado por mí hace un par de años y desde ahí siempre lo tuve un poco en mente. Cuando estaba en el primer equipo de Osasuna me tocó venir aquí en Copa del Rey [en 2021]. Nunca había estado en Riazor y me impresionó mucho. Poder vivirlo ahora desde dentro es impresionante por el estatus que tiene el club, la estructura, cómo está organizado... Es un privilegio estar aquí.

¿Cómo llevó estar cuatro meses apartado del equipo?

Después de un buen comienzo de temporada, haciendo goles, al principio se te viene todo abajo. Luego lo tomas con motivación para volver. A día de hoy puedo decir que la rodilla ha recuperado bien y cada día responde mejor. Las sensaciones son muy buenas.

¿Cómo fue? ¿Temió algo peor?

Fue como un pellizco en la articulación y ya intuí que era algo grave. No pensé en si era menisco o cruzado, pero cuando me hicieron las pruebas y quedó descartada la lesión de ligamentos quedó claro que era lo menos grave.

¿Fue algo nuevo para usted estar tanto tiempo parado?

Nunca había tenido una rotura muscular ni siquiera. Desgraciadamente este año, que es súper importante para mí, me tocó afrontar esa parte amarga del fútbol.

¿Cómo se encuentra ahora tras volver a tener minutos?

Estoy cogiendo esas sensaciones, esa chispa que tiene el futbolista cuando está compitiendo semana tras semana. Llevo un mes y pico entrenando con el grupo y cada día las sensaciones son más positivas. Es cierto que cuando sales del banquillo esos primeros minutos te cuesta coger el ritmo. Es un proceso que toca ahora, pero todos los minutos que me dé el entrenador son muy positivos para mí.

Esta semana se le abre una oportunidad en el equipo titular por la sanción de Davo...

Es una semana como todas. Yo me centro en que el trabajo sea bueno para mí y para el equipo. A partir de ahí el entrenador decidirá.

¿Se siente preparado?

Sí. Desde la primera semana que volví a entrenar sabía que en cualquier momento podía llegar la oportunidad de salir de inicio, pero no sé qué puede pasar. Hago lo mismo desde el primer día que volví a entrenar con los compañeros.

Reconoce que se vino un poco abajo con la lesión, pero el equipo también se resintió...

En la primera vuelta tuvimos muchas bajas. La mía, la de Yeremay, Mella también tuvo alguna lesión muscular... A día de hoy Yeremay y Mella son quizás los que están marcando más la diferencia arriba junto con Lucas. La verdad que los cuatro de arriba están muy bien. Esas bajas mermaron cuando el equipo estaba en crecimiento y con los jugadores conociéndose. Se notó bastante que faltaban jugadores, pero lo importante ahora es que las victorias están llegando.

¿Cómo llevaba estar fuera y que el equipo no terminara de arrancar?

Fatal. Tenía impotencia, quería ayudar y estar cerca del equipo en esos malos momentos, no solo en los buenos que es lo fácil. El futbolista también quiere sacar esa garra cuando el equipo va mal o está en problemas. Estaba con la pierna escayolada en la grada y me daba impotencia, pero todo pasa.

¿Dónde ha estado la clave para el cambio reciente del equipo?

Quizá hemos corregido un poco esos detalles que nos faltaban: ser más ganadores en los duelos, el juego directo, sabemos esperar cuando el rival pierde la pelota para salir a la contra... Tenemos una contra envidiable en la categoría. Todos esos argumentos te facilitan más las cosas.

¿Era esa la idea original del equipo antes de que llegara su lesión o las de Yeremay y Mella?

Quizá cuando estaba yo podíamos lanzar el balón más directo para quedármela o bien prolongarla y buscar esos espacios para los extremos con Lucas de cara. Cuando no estuve tuvimos que adaptarnos a ese juego de tener el balón y a partir de ahí progresar. Eso nos costó un poco más porque también los equipos se encierran.

¿El contexto de ahora es lo que más se ajusta a sus características?

Sí. También porque pones en dificultad a los centrales. Mira el gol que mete Davo la semana pasada: una disputa, la gana a la espalda y a partir de ahí somos superiores. Buscar un poco las cosquillas a los centrales nos viene bastante bien. Pero no es solo eso, sino también el cambio de chip del equipo para ser más agresivo y contundente en el área.

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