La fusión de Caixa Galicia y Caixanova ya sólo está pendiente de su aprobación en las asambleas generales que las dos cajas convocarán previsiblemente en septiembre. La comisión ejecutiva del Banco de España autorizó ayer la alianza según el plan de integración que el lunes aprobaron los consejos de administración de las dos cajas, y la concesión de 1.162 millones de euros con cargo al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Todo porque la operación "cumple los criterios de solidez y racionalidad económica" exigidos por el supervisor financiero y la comisión rectora que gestiona el fondo de rescate, que también autorizó la concesión del crédito.

El visto bueno del supervisor bancario se produjo pocas horas después de que el futuro director general de la nueva entidad, José Luis Pego, que de momento ejerce su cargo en Caixanova y el director general adjunto ejecutivo de Caixa Galicia, Javier García de Paredes, presentasen el plan de integración y el comité de dirección aprobado por las dos cajas el lunes pasado. Los dos directivos y los consultores de PricewaterhouseCoopers y Deloitte, que asesoraron a las cajas en la fase final de la negociación, se reunieron con el equipo del director de Supervisión del Banco de España, Jerónimo Martínez Tello, durante dos horas, entre las nueve y las once de la mañana, para explicar las cifras del plan de integración y la primera parte del organigrama de la nueva caja que Caixa Galicia y Caixanova cerraron en la última semana.

Ni los números ni los nombres puestos ayer sobre la mesa del supervisor bancario fueron una sorpresa, dado que ambas cajas ya presentaron el grueso de sus cálculos hace quince días y desde entonces, han trabajado en permanente contacto con el Banco de España para asegurarse que no habría sorpresas de última hora.

El grueso de la fusión gallega se financiará con los 1.162 los millones que el FROB (el equivalente a la suma del 2% de sus activos ponderados por riesgo de cada caja), el cierre de 300 oficinas por solapamiento de la red -cerca de 200 en Galicia y el resto, fuera de la comunidad- y la prejubilación de unos 1.296 trabajadores entre servicios centrales y sucursales. La caja resultante tendrá un volumen de negocio tras la fusión de 90.000 millones de euros y un beneficio medio anual después de impuestos de 320 millones de euros durante los próximos cinco años, en los que la nueva institución de ahorro deberá devolver las ayudas públicas con un interés del 7,75%. Los directivos prevén unas desinversiones que superan los 16.000 millones de euros; 12.900 en participaciones industriales y otros 3.800 millones en "cierres y otros", aunque de momento ha sido al menos aplazada la venta de más de 200 sucursales de fuera de Galicia con su negocio y empleados a otra entidad, una operación que las entidades han tenido que aparcar de momento ante la dificultad de encontrar un comprador, sobre todo por la saturación que hay en el mercado con las oficinas que otras entidades pondrán a la venta y la tendencia general del sector a reducir costes.

El Banco de España también dio luz verde ayer a la composición del comité ejecutivo de 12 ejecutivos -seis de cada una- pactado por las cajas y que concentra en manos de los directivos de Caixanova los puestos más relevantes para el negocio financiero mientras reserva para Caixa Galicia el control de los riesgos, de los medios de pago y el diseño de la red tecnológica y la banca por internet. Los directivos de la cajas tienen aún que definir el segundo nivel de mando, los demás integrantes de los equipos de los que ahora sólo está claro el nombre del líder, y avanzar en el diseño de la integración, que correrá a cargo sobre todo del comité de integración que forman el director adjunto de Planificación de Caixa Galicia, Ramón Seoane, y el responsable de Asuntos Institucionales en la caja viguesa, Óscar Rodríguez.

El Banco de España aprobó ayer además otros tres planes de integración. Uno es el SIP (Sistema Institucional de Protección) liderado por Caja Madrid y la valenciana Bancaja con otras cinco entidades, que recibirá 4.465 millones del FROB. Otro es la fusión fría de Cajastur y CAM (Valencia) con Caja Cantabria y Caja de Extremadura, para la que el fondo suscribirá participaciones preferentes convertibles en cuotas participativas de la entidad resultante por valor de 1.493 millones de euros. Caja Murcia, Caixa Penedés, Sa Nostra y Caja Granada requerirán 915 millones.