A Miguel Picardo no se le escapa la "enorme responsabilidad" que recae en la compañía como marca de cabecera para los promotores eólicos que darán forma al macroconcurso que acaba de resolver la Xunta. Sobre todo ahora que la vertiente industrial del negocio del viento pasa por una grave crisis ante el parón de la actividad. "Con esa responsabilidad -señala el director general de Vestas Iberia- vamos a acometer nuestros planes ambiciosos. Vamos a revitalizar el tejido económico gallego".

De las 37 empresas adjudicatarias, una veintena echará mano de la tecnología de la multinacional danesa, líder mundial en la fabricación de aerogeneradores, para levantar sus parques. Lo que supone el 71% de los 2.325 MW repartidos. "Es el fruto de un trabajo intenso con los clientes, estudiando muy bien la localización y, al final, cuadrar las necesidades tecnológicas con un amplio abanico de productos que tenemos, el mayor portfolio de todo el mundo", explica, con la filosofía de aportar "trajes a medida" para cada promotor en función de la situación de los parques y el viento con el que cuentan.

El plan de inversión previsto por Vestas -los tecnólogos presentaron sus propias inversiones integradas en las candidaturas de los promotores, con puntuación también de la mesa que valoró el concurso- alcanza los 90 millones de euros, con 2.000 empleos directos e indirectos. Además de la ampliación de su planta de ensamblaje de Viveiro (Lugo) para reconvertirla en una fábrica de aerogeneradores y "ponerla a la punta tecnológica", la multinacional construirá en Marín su plataforma de exportación. Una infraestructura "estratégica" desde la que saldrán los pedidos que llegan de Latinoamérica y África. "Hay muchos puntos a favor de esta elección -indica Miguel Picardo-. A favor de Marín jugó la situación geográfica y el fondeo del puerto, pero no solo. "Llegamos a la conclusión de que nuestras inversiones serían más provechosas en una pequeña localidad que si nos vamos a un puerto mayor de una ciudad más grande". El plan incluye una fábrica de bujes -donde se engarzan las palas de los molinos- y un parque experimental para potenciar el I+D que todavía no tienen ubicación. "Lo hablaremos con la administración", dice. Vestas llegó a Galicia en 1991 con la colocación de su primer parque. Con presencia en más de 70 países, lleva otros 12 con la factoría de Viveiro. "Nuestro objetivo es ser la referencia en tecnólogos", asegura Picardo. De hecho, la mayor parte de los parques que están en el reparto emplearán un modelo totalmente nuevo de aerogenerador con una potencia de 3 MW "capaz de cubrir las necesidades de electricidad de 2.000 familias al año". "Vamos a revitalizar el tejido económico gallego", insiste el máximo responsable de Vestas en España, que mantiene que si actualmente la aportación de la compañía a la riqueza en Galicia rondaba los 100 millones de euros al año, el pronóstico con el desarrollo del concurso eólico es doblarla.