Desde que el viernes 7 de octubre trascendió el compromiso de boda entre el Popular y el Pastor, sus presidentes se convirtieron en el foco de todas las miradas. Ángel Ron y José María Arias acababan de llegar a un acuerdo tras varios meses de contactos y el lunes, cuando pasada la una de la tarde entraron en el salón de actos de del número 29 de Ortega y Gasset, un centenar de fotógrafos descargaron miles de flashes sobre el esperado sí quiero, un prolongado apretón de manos que horas después se repitió en A Coruña.

Los novios estaban felices de haber cerrado una operación positiva para ambas entidades, y así lo defendieron una y mil veces ante la prensa de Madrid -que considera que el matrimonio es más ventajoso para el Pastor que para el Popular- y ante la gallega, temerosa de la pérdida de poder financiero en la comunidad. Al margen de los flashes y mezclados entre el público de la sala estaban los responsables de que la operación hubiera fraguado; el tándem que logró que los presidentes de las entidades se entendieran y dejaran de lado al resto de los pretendientes, sobre todo a Banco Sabadell, que ejerció una dura competencia. Son el consejero delegado y vicepresidente de Banco Pastor, Jorge Gost Gijón, y el director general corporativo y de finanzas de Banco Popular, Jacobo González-Robatto, quien sí participó en la presentación de la operación ante los analistas, a primera hora de ese lunes.

Hasta ese día y en todas sus comparecencias públicas para presentar resultados o dar cuenta del negocio a sus accionistas, José María Arias había descartado cualquier fusión. En la última, el pasado mes de febrero, condicionó cualquier operación a que su entidad mantuviese el control en la gestión de la resultante y generase liquidez para la entidad y valor para el accionista. "El tamaño no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar un fin", defendió.

Pero el tamaño finalmente se impuso. Arias y Ron aseguraron el lunes en Madrid que la negociación pura y dura había durado un mes, pero los primeros contactos empezaron en abril. Banco Pastor llevaba dos años haciéndose de rogar, pero con constantes ofertas de Banco Popular, del Sabadell y de algunas otras entidades, incluso de bancos de inversión contratados por las cajas para buscar capital tras el endurecimiento de los requisitos de solvencia, a principios de año. A la vista del panorama y como en otras ocasiones, José María Arias prefirió anticiparse a la tormenta que se avecinaba y buscar cobijo. Entonces entró en escena Jorge Gost, que se encargó de sondear a los pretendientes. En esa tarea se encontró con Jacobo González-Robatto, a quien Ángel Ron había encomendado un año y medio atrás que le hiciese de radar de todo lo que era susceptible de compra o fusión. El Pastor sin embargo se dejó querer y escuchó la oferta del Sabadell y de otras entidades -hay quien implicó en estas negociaciones al Guipuzcoano e incluso al luso Banco Espírito Santo, con quien el Pastor desmintió contactos en enero pasado-, intercambió con ellos sus informes y auditorías sobre su cartera de negocio y tras algún descarte, llegó a finales de agosto con dos ofertas en firme. Una de la entidad que al final resultó elegida y la otra, de la catalana, que fue rechazada. Fuentes del sector aseguran que la balanza se inclinó a favor de los de Madrid porque mejoraron significativamente la oferta económica, lo que explicaría en parte por qué el Popular ofreció una prima del 31% sobre el valor de las acciones del Pastor en su Oferta Pública de Acciones (OPA), una cifra que los analistas consideraron el lunes demasiado alta.

Gost y González-Robatto mantuvieron los contactos, cada vez más frecuentes e intensos hasta que en los últimos veinte días y como ocurre en todos los matrimonios, los protagonistas del enlace pusieron fecha a la unión. El lunes, al presentar su acuerdo, ninguno de los contrayentes mencionó al Sabadell, pero llevaba tantos días presente que Ángel Ron no resistió la tentación de presumir de que el nuevo Popular se unía al club de las entidades con más de 150.000 millones en activos -tiene 1621.000 frente a los 95.000 de la entidad catalana-. El ganador de la puja sacaba pecho y devolvía el golpe. Y es que hay quien atribuye la espectacular subida en Bolsa del Pastor del viernes a una masiva compra del Sabadell para reventar la operación.