Las asociaciones de gallegos residentes en Argentina viven con preocupación el deterioro de las relaciones entre los dos países, entre los que tienen dividido el corazón. Cada uno mantiene una opinión diferente acerca de la decisión del Gobierno de Cristina Fernández de nacionalizar la petrolera YPF, pero todos coinciden en una cosa: la medida ocasionará problemas a ambos.

Desde la Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina, su presidente, Francisco Lores, aplaude la expropiación de la filial argentina de Repsol. "Como gallego, hace rato que estoy en contra de esta empresa", sostiene y asegura que "sacaba petróleo de pozos ya perforados, los dejaba sin presión de gas y se secaban", además de no invertir en el país. Le pide al Ejecutivo español que no tome partido en el conflicto defendiendo a la empresa, ya que "en Repsol solo está metida la burguesía española, la inglesa y la americana, pero no el pueblo español".

Esta es una situación que a Lores no le resulta nueva. Relata como en 1995, en la V Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, el presidente del Consejo de Residentes Españoles en Argentina pidió al rey Juan Carlos que exigiera "a los empresarios españoles que no se deshumanizaran". Fue con motivo del interés de Telefónica en subir las tarifas de cobro urbano, y la petición de Lores surtió efecto, asegura. Recuerda también que durante los problemas de Iberia con Aerolíneas Argentinas, "venían con un camión insultándo a los gallegos". Teme que la situación se repita: "Aquí tenemos una buena relación con el pueblo argentino y llegan estas empresas y nos crean problemas".

José María Vila Alén, presidente del Centro Galicia de Buenos Aires, no comparte esta visión. "Nadie tiene la menor sospecha de que esto pueda alterar la convivencia normal que tenemos aquí", sostiene y agrega: "Cuando hubo manifestaciones contra los gallegos a raíz del conflicto con Iberia, fueron los propios argentinos los que nos defendieron". Desde la asociación civil que dirige, prefieren no ofrecer su opinión acerca de la expropiación de un 51% de YPF. "Los que residimos aquí tenemos que respetar las decisiones del Gobierno que han elegido los votantes argentinos", analiza, pero reconoce que es una medida que afectará a los emigrantes, como a cualquier otro residente: "Argentina tendrá que indemnizar a la empresa y ese dinero dejará de ir, por ejemplo, a los pobres, como preferirían algunos". Por ello, Vila apela al entendimiento entre países y recuerda que el decreto presentado por la presidenta Cristina Fernández todavía es un proyecto político que debe obtener el respaldo legislativo del Congreso.

Otras asociaciones se manifiestan radicalmente contrarias a la nacionalización de YPF, no solo por el daño que pueda provocar a los intereses españoles, sino también a los argentinos. "La falta de seguridad jurídica que ofrece el país a las empresas extranjeras es lo que nos preocupa", sostiene el vicepresidente de la Agrupación de Vecinos de Ponteareas en Buenos Aires, José Manuel Rodríguez. Teme que les perjudique el deterioro de relaciones con España: "Es nuestra puerta de entrada a Europa", indica, y atribuye la decisión del Gobierno argentino a una medida "propagandística para ganarse al pueblo".

Las empresas gallegas con intereses en Argentina, principalmente del sector pesquero, temen que las represalias que imponga España a las importaciones del país sudamericano les acabe afectando.

"No sabemos si el rebufo de la privatización del YPF por parte del Gobierno de Cristina Fernández puede afectarnos. Nos tememos que sí porque ahora se iniciará un proceso de represalias comerciales a un lado y otro del Atlántico", señalan fuentes consultadas.

Entre las empresas pesqueras gallegas instaladas en Argentina se encuentran Pescanova, Pescapuerta, Pereira, Vieira y Fandicosta, entre otras, que tienen plantas frigoríficas para la conservación del pescado y factorías para la elaboración de productos de la mar. Estas fuentes señalan que además de los perjuicios que está medida traerá para Repsol y para los millones de accionistas de la compañía, la medida es una señal a las empresas de que invertir en el país no es una opción segura.

Empresarios gallegos con intereses en Argentina aseguran que es demasiado pronto para analizar la situación y que hay que esperar a conocer las medidas que pondrá encima de la mesa el Gobierno español y las respuestas a estas medidas que, sin duda, tomará Buenos Aires.

"Nosotros nos encontramos en medio de una situación que no hemos creado, pero es muy posible que una decisión de este calado nos afecte negativamente. Habrá que esperar a ver qué sucede", manifiestan los representantes del sector empresarial gallego en Argentina.