La empresa textil Caramelo logró ayer la autorización del juez al convenio de acreedores que pactó con la banca y que le permite salir del concurso de acreedores en que entró el pasado 17 de abril, con una deuda bancaria de unos 100 millones de euros tras haber alcanzado un acuerdo con las entidades -a las que adeuda 43 millones- que fue respaldado por el 69% del pasivo ordinario de entre sus acreedores. El acuerdo prevé una quita del 80% de la deuda y una espera para la devolución de la parte restante de 8 años. Este periodo incluye además tres años de carencia, con lo que Caramelo se asegura un tiempo de tranquilidad antes de hacer frente al pasivo.

El juez autoriza así la propuesta de convenio que la firma le presentó el pasado 26 de diciembre y a pesar de que el administrador concursal realizó un informe favorable sobre el documento, aunque con reservas. Fuentes próximas al proceso explicaron que esas reservas guardan relación con la delicada situación financiera que atraviesa la firma y que su principal accionista, la corporación Inveravante de Manuel Jove confía en reconducir con el potente plan de reestructuración que puso en marcha en verano y que supuso despedir a 180 trabajadores y cerrar 9 de las 15 tiendas propias que tenía en España, 61 de los 102 córners de El Corte Inglés que gestionaba, los outlets y finiquitar los canales franquicia y multimarca.