El Tesoro Público colocó ayer 5.900 millones de euros, dentro de la horquilla prevista de entre 4.000 y 6.000 millones, en las subastas de bonos y obligaciones pero con tipos más altos que en las anteriores emisiones. El organismo adscrito al Ministerio de Economía, que lanzó estas emisiones en un contexto en el que los inversores tienen la vista puesta aún en las turbulencias financieras en China y en la reunión del BCE de ayer, logró, al menos, una demanda de casi 11.500 millones de euros, más del doble del importe adjudicado.

En el caso de los bonos a 5 años, adjudicó 1.821,1 millones de euros, frente a un demanda de más de 4.000 millones. No obstante, el tipo de interés medio se situó en el 1,050%, por encima del 0,916% de la subasta anterior, del 6 de agosto. En el caso de las obligaciones a 10 años, el importe adjudicado fue de 2.224 millones, con una demanda de 3.894 millones. La rentabilidad subió del 1,917% al 2,128%.