La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió ayer a los líderes del G20, reunidos este fin de semana en Turquía, que un crecimiento económico basado en un aumento de la desigualdad no es sostenible. "Estamos preocupados por el tipo de crecimiento que se está generando porque no es sostenible socialmente, porque la desigualdad está en su nivel más alto en muchos países de la OCDE. Y la desigualdad en las economías emergentes es incluso mayor", aseguró el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.

"La OCDE ha advertido de que esto tiene un impacto negativo sobre el crecimiento", indicó, para asegurar que los trabajos de baja calidad y la economía informal son otros elementos relacionados con este aumento de la desigualdad. El lema del G20, presidido este año por Turquía, es Juntos por un crecimiento robusto e inclusivo, y Gurría destacó la aportación de la OCDE en estrategias contra la desigualdad, como fomentar el empleo juvenil y mejorar la calidad del trabajo.

La secretaria general de la Conferencia Internacional de Sindicatos (ITUC, por sus siglas en inglés), Sharan Burrow, demandó para los trabajadores "una parte justa de la riqueza" y declaró: "Si el salario mínimo no sirve para vivir, no hay dignidad para ellos".

El crecimiento económico y la necesidad de reactivar la economía mundial debían centrar esta cumbre, pero los atentados terroristas de París han adquirido todo el protagonismo. La economía mundial, marcada por una desaceleración de China, un crecimiento anémico de la Eurozona y los emergentes pasando un mal momento provocaron que el comercio mundial sólo haya crecido un 2%, una cifra preocupante, según Gurría. "Cada vez que pasa esto, hay una recesión. No significa que la haya sino que el desafío es enorme", advirtió.