Los cuatro años de la actual legislatura dejan una situación económica con luces y sombras respecto al final de la precedente, en diciembre de 2011.

En general, la muestra tendencial es favorable, en la medida en que el PIB, el déficit público y el empleo se han dado la vuelta y ahora siguen trayectorias de mejora y no de empeoramiento. El PIB crece con fuerza (+3,4%), el déficit público anual se redujo casi a la mitad (por la mejora del PIB, los recortes sociales y el aumento de la presión fiscal que, pese a las rebajas de este año, termina más alta que en 2011) y el mercado laboral se reactivó. Hay indicadores, sin embargo, que siguen empeorando, como la deuda pública (creció en 163.771 millones) y la deuda externa (ésta, de forma leve), aunque se achicó la deuda privada.

Comparando cifras estáticas de ambos periodos, hay indicadores que, por el deterioro acumulado entre 2012 y 2014, aún siguen peor en términos cuantitativos que hace cuatro años, como el empleo.

Aunque el paro (tanto el registrado como el de la encuesta de población activa) está por debajo de los niveles de fines de 2011, la ocupación sigue peor que entonces: hoy hay 105.000 ocupados según la EPA y 6.836 afiliados a la Seguridad Social menos que con Zapatero. Esto significa que la caída del paro no se debió tanto a la creación de empleo como a que muchos parados desistieron de buscarlo por falta de expectativas de hallarlo y a que muchos optaron incluso por irse de España, lo que se refleja en la caída de la población española desde 2012, la merma de la población activa (suma de ocupados y parados) y los movimientos migratorios.

Pese a que el saldo es peor en empleo (como la anterior, es una legislatura perdida), la tendencia se invirtió desde 2014, por lo que la situación mejora. No obstante, el compromiso electoral de crear entre 2011 y 2015 unos 3,5 millones de empleos (lo anunció el PP el 7 de septiembre de 2011) quedó muy lejos de la realidad. En el cómputo global de la legislatura se destruyó empleo neto, aunque muchísimo menos que en la precedente.

La mejora cuantitativa del mercado laboral desde 2014 convive con un deterioro de los aspectos cualitativos. Aumentó la temporalidad, cayó el empleo indefinido, creció la ocupación a tiempo parcial, subió el paro de larga duración y sigue cayendo la tasa de cobertura (protección) de los desempleados.

El sistema de pensiones también se deterioró: hay menos cotizantes por pensionista y el fondo de reserva de la Seguridad Social , que comenzó la legislatura en récord histórico (casi 67.000 millones), bajó hasta los 37.000 millones.

La morosidad bancaria, aunque ahora está a la baja, sigue muy por encima de la de 2011, el número de empresas está por debajo y la inversión productiva extranjera también. Por el contrario, el turismo exterior prosiguió al alza durante la legislatura y está en nivel récord. El sector turístico contribuyó a mejorar la capacidad de financiación exterior. Pese al alza sostenida de las exportaciones, el comercio exterior resta PIB por el repunte de las importaciones al subir la demanda interna.

Haz click para ampliar el gráfico