La Agencia de Servicios Financieros (FSA) de Japón impuso ayer una multa de 7.370 millones de yenes (unos 55 millones de euros) a la empresa Toshiba por su reciente fraude contable, lo que supone la mayor sanción impuesta por el regulador en el país asiático. La multa fue solicitada a el pasado 7 de diciembre por la Comisión de Vigilancia de Valores y Cambios de Japón y responde al grave fraude contable cometido por la firma y desvelado este año al sobrestimar sus ingresos por ventas en 224.800 millones de yenes (1.706 millones de euros) entre 2007 y 2014 .

La compañía también infló su resultado operativo en 155.200 millones de yenes (1.178 millones de euros), lo que supone uno de los mayores escándalos financieros en Japón de los últimos años.