El vicepresidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, defendió ayer en A Coruña la voluntad de la entidad financiera de devolver a la sociedad gallega parte de lo que ésta le aporta a través del compromiso y confianza de sus clientes y aseguró que, "consciente" del papel social que tiene, todo el equipo de Abanca trabaja en favorecer "el progreso" del entorno. "Queremos ser un banco con alma de caja, porque reconocemos las bondades que tenían las cajas, como su cercanía a la sociedad y su vinculación con el territorio", destacó el directivo del banco heredero de Caixa Galicia y Caixanova durante la presentación de la primera Memoria de Responsabilidad Social Corporativa Abanca sobre su actividad en 2015. En el acto, celebrado en la sede de Afundación con la presencia de más de un centenar de personas, Escotet estuvo acompañado por otros directivos de la entidad como el presidente, Javier Etcheverría, el consejero delegado, Francisco Botas, o el director de Responsabilidad Social Corporativa y Comunicación, Miguel Ángel Escotet.

El también presidente del banco venezolano Banesco -propietario de Abanca- destacó en su intervención que, a su llegada, la entidad financiera gallega había perdido credibilidad y la confianza de sus clientes, algo que ha mejorado en los últimos años "gracias a la convicción de desarrollar una política de transparencia con los clientes y con la sociedad en todos los ámbitos". "Esta política empieza a ofrecer fantásticos resultados -detalló Escotet- pues Abanca es el banco con el mayor índice de vinculación emocional y tuvo un importante crecimiento en el índice de recomendación, aspectos que cuando llegamos a la institución estaban en negativo".

Un banco sólido

El vicepresidente de Abanca destacó que el banco aspira a ser "sólido, sostenible, ético y cercano" mediante una cultura empresarial en la que sus empleados deben defender cuatro valores: la confiabilidad ("por encima de todo está la confianza de los clientes"), la responsabilidad, la innovación y la calidad. Algo que, insistió, ya está dando réditos a la entidad y que se articula a través de "productos sencillos", procesos "con certificados de calidad", una mejor atención y una operativa con el cliente a través de distintos canales, desde las oficinas físicas hasta la banca virtual o móvil pasando incluso por la interacción a través de las redes sociales.

Precisamente, Escotet resaltó el "gran centro tecnológico" heredado de Novacaixagalicia y NCG como "uno de los grandes legados" recibidos, un centro que cuenta, dijo, con el reconocimiento de la competencia. Además, añadió, contribuyó a que Abanca sea "la única entidad europea con la certificación CMMI5 (que mide la madurez en calidad tecnológica) y la segunda del mundo". Algo a lo que también ayudaron los más de 82 millones de euros invertidos en innovación.

El vicepresidente de Abanca dejó claro que el compromiso de la entidad con Galicia es a largo plazo, "un compromiso irrenunciable de servir a la comunidad", que se mantiene pese a los planes del banco de cotizar en Bolsa "en algún momento". Como muestra de esa vinculación y responsabilidad social, Escotet citó el mecenazgo de Afundación, por el que la entidad aportó cinco millones al año en los últimos ejercicios y cederá a partir de 2017 el 3% de los beneficios que obtenga cada año.

"Somos un banco con conciencia económica, social y ambiental y nuestro objetivo es seguir profundizando en el futuro en esa acción social en Galicia", aseveró el presidente del grupo Banesco.