Cristian Fernández finalizó el grado en Administración y Dirección de Empresas hace tan solo unos meses. Pese a que pudo atesorar experiencia ayudando a sus padres en el negocio familiar, reconoce que un joven "no suele encontrar una empresa que le forme y que luego lo fiche".

Desde hace tan solo unas semanas se encuentra trabajando de administrativo y está contento al tratarse de uno de sus primeros empleos a punto de cumplir los 25 años. Por el momento es un contrato en prácticas, pero gracias a él pudo emanciparse compartiendo gastos, algo inusual entre la juventud gallega. "Lo que suele pasar es que andes de empresa en empresa formándote, quizá por motivos de ayudas de los organismos públicos", relata.

"No entiendo que los jóvenes de hoy en día cobren menos que un pensionista cuando está cada día desempeñando su trabajo para tener un sueldo", indica Fernández, en relación con una información publicada por este diario. Los datos revelan que los menores de 35 años cobran un salario medio de 9.915 euros al año y un pensionista 11.975 anuales.

A su juicio, la complicada realidad que viven los jóvenes gallegos se debe a que algunos empresarios se aprovechan de los denominados contratos en prácticas. "Tendría que haber un control mayor de las horas de trabajo reales y reducir la carga de trabajo para que los empresarios se decidan a contratar a un trabajador joven porque le gusta como trabaja o por qué ve un futuro en él, no por las ventajas económicamente", opina este administrativo gallego.