El nuevo ciclo de la economía es una amalgama de luces y sombras que exige prudencia a la hora de hablar de recuperación. Sobre todo en el mercado laboral. A pesar de que el Producto Interior Bruto (PIB) volvió a los niveles previos a la doble recesión, en España hay 1,7 millones de trabajadores menos que entonces. De ese total, casi 143.000 son en Galicia, la comunidad que, junto con Extremadura, arrastra la mayor caída de la ocupación respecto a los años de bonanza. Las jornadas parciales y los puestos temporales, los que duran días o solo horas, tiran de la contratación. Y eso se nota en los ingresos de los trabajadores. La mayoría de los nuevos empleos creados en Galicia durante el pasado año están en la franja más baja de salarios. La mitad no supera los 950 euros brutos al mes, dentro de ese fenómeno del trabajador pobre sobre el que insistentemente advierten los sindicatos y las organizaciones que colaboran con los colectivos en riesgo de exclusión social.

El número de personas con algún tipo de ingreso en la comunidad pasó de 1.781.863 en 2015 a 1.784.611 en 2016. La media ronda los 16.150 euros brutos al año. Cerca del 43% es asalariado, con 20.153 euros por ejercicio. Muy cerca están ya los pensionistas, que representan el 39% y rondan los 12.300 euros anuales. Los parados suponían el 3,8%, con 4.135 euros. El resto combinaron al menos dos de estas situaciones y entre ellos destacan los que fueron trabajadores y también desempleados durante el periodo: 158.586, con unos ingresos medios de 12.000 euros.

Con la suma de todos los gallegos con algún tipo de remuneración, prácticamente el 40%, más de 672.000, se quedó por debajo de los 9.000 euros brutos al año -un máximo de 642 euros cada mes en 14 pagas-, según el informe Mercado de trabajo y pensiones, elaborado por el organismo dependiente de Hacienda a partir de los datos de declaraciones de la renta y la información de los pagos realizados por las empresas y las administraciones.

Dentro de este grupo, hay 154.300 gallegos que no pasan de 3.000 euros brutos anuales; y 186.200 que recibieron entre 3.000 y 6.000 euros.

La recuperación deja un aumento de 17.042 asalariados. La mitad se concentra en los tramos de sueldo que, como máximo, se embolsan 1,5 veces el salario mínimo interprofesional, situado el ejercicio pasado en 9.172,80 euros. Esto quiere decir que sus ingresos máximos alcanzaron los 950 euros al mes. Pero, por ejemplo, en la horquilla inferior, con entre 4.586 euros y el salario mínimo, el incremento fue de más de 3.000 trabajadores.

El salario medio se situó al cierre de 2016 en 18.114 euros brutos al año. Un ascenso del 1,5% -275 euros- en el que tiene mucho ver el cada vez mayor peso de los empleados de edades avanzadas, que consolidan derechos y salarios. La de Galicia fue la segunda subida más alta de España, solo por detrás de Andalucía (1,6%) y medio punto superior a la registrada en el conjunto del Estado, del 1% (18.835 euros).

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