El sector bancario español está en constante reestructuración desde que en 2008 estalló la crisis económica y financiera global, que desembocó en continuas fusiones de entidades y ajustes, tanto de red como de plantilla, como consecuencia de ese proceso de concentración. En el último año, sin embargo, ese recorte de estructura fue más leve en algunas comunidades, entre ellas Galicia, lo que parecía apuntar a que el sector contaba con una red bastante acorde al negocio existente. La comunidad gallega perdió entre septiembre de 2016 y el mismo mes del pasado ejercicio -los últimos datos publicados por el Banco de España- un total de 59 sucursales bancarias, al pasar de las 1.637 contabilizadas en 2016 a las 1.578 del año pasado, lo que supone un descenso del 3,6%. La proporción gallega de cierres de oficinas solo es superior a la de Aragón, donde los bancos clausuraron en esos doce meses el 2,3% de sus sucursales, frente a un porcentaje en el conjunto del Estado del 5,9%.

La evolución de Galicia entre septiembre de 2016 y el mismo mes del año pasado apuntaba a la consolidación del sector y a una mayor estabilidad de su red comercial. Sin embargo, los últimos acontecimientos en la banca española -entre ellos la compra del Popular por el Santander- y los anuncios de posibles ajustes ante la digitalización del sector hacen prever que los recortes de oficinas volverán a la comunidad gallega y al conjunto del Estado en los próximos meses.

El ajuste de la red comercial en el caso del Popular -con gran presencia en Galicia por el peso del Pastor- tras su integración con el Santander buscará acabar con las duplicidades, pero la entidad presidida por Ana Patricia Botín prevé abordar ese recorte el próximo año pues ahora está en plena adaptación de su estructura en servicios centrales en el proceso de integración del Banco Popular.

La reducción del 3,6% en la dimensión de la red en Galicia en el último año queda muy lejos de la registrada en las comunidades con mayor recorte, como Cantabria, que perdió casi el 15% de sus oficinas bancarias en solo 12 meses, o Asturias, la siguiente en la lista, con un ajuste cercano al 9%. El conjunto del sector español cerró desde septiembre de 2016 un total de 1.755 sucursales, con lo que la red comercial total suma 27.737 establecimientos.

Desde el comienzo de la crisis, en 2008, el adelgazamiento de la red del sector financiero es muy superior, con un recorte en el conjunto del Estado cercano al 40%, al pasar de más de 46.000 oficinas al inicio de las dificultades económicas a las actuales 27.737. En el acumulado de estos nueve años Galicia no sale tan bien parada como en el último ejercicio y es la sexta comunidad con mayor recorte (-37,7%) empatada con Canarias, al pasar de más de 2.500 oficinas a algo menos de 1.600.

Mientras, Cataluña es la autonomía con mayor ajuste en estos nueve años de dificultades, en los que el sector financiero cerró el 51,5% de sus sucursales catalanas, un porcentaje casi seis puntos superior al de la siguiente en la lista, la Comunidad Valenciana, que perdió el 45,6%. En el lado contrario, con menos cierres, aparece Castilla-La Mancha, con un 22,5%, frente al 23% de Extremadura.