El sindicato nacionalista CIG anunció ayer que adoptará "las medidas legales y sindicales necesarias" contra el acuerdo marco firmado por el grupo Ferroglobe -resultado de la fusión de la española Ferroatlántica y la estadounidense Globe- y las centrales sindicales de ámbito estatal para regular las relaciones laborales en las diferentes empresas del grupo al entender que representa "un atraco a mano armada" por "usurpar" la negociación colectiva de los diferentes centros de trabajo.

La central liderada por Paulo Carril ya rechazó en diciembre -cuando comenzaron las negociaciones del acuerdo marco- participar en las conversaciones al entender que la compañía pretendía "dejar sin efecto los actuales convenios vigentes en cada centro de trabajo". "Una negociación que la CIG considera que es de dudosa legalidad", sentenció el sindicato nacionalista, que incide en que el objetivo de Ferroglobe es "trasladar la negociación colectiva a Madrid" y que dejen de existir "los convenios colectivos de las distintas plantas", como es el caso del complejo industrial de Cee, Dumbría y las centrales hidroeléctricas, la fábrica de Sabón y la de Cuarzos Industriales (la mina de Serrabal), los tres centros de trabajo con los que cuenta la multinacional en Galicia.

El sindicato carga además contra el acuerdo marco porque supone "la constatación del retroceso de las condiciones laborales", especialmente en aspectos como "darle toda la flexibilidad y facilidades a la empresa para modificar las jornadas de trabajo, calendarios y horarios de trabajo". Por ello, la CIG defiende que peleará para mantener el actual marco de negociación de los comités de empresa en cada centro de trabajo.