Las exportaciones europeas de acero y aluminio a EEUU, así como las de México y Canadá, están desde la madrugada de hoy gravadas con aranceles del 25% y del 10%, respectivamente. Ocurre como resultado de una decisión tomada ayer por la Administración estadounidense y que puede suponer el comienzo de una guerra comercial a gran escala, fruto de la política proteccionista desplegada por Donald Trump desde la Casa Blanca y de las represalias que ya ha anunciado o que preparan los países afectados. Un conflicto así llevaría a una contracción del comercio y afectaría al crecimiento global. Para los intereses españoles resulta inquietante el posible impacto en el mercado europeo del acero.

Wilbur Ross, secretario de Comercio de EEUU, confirmó el final de la exención temporal que la Administración Trump había decidido en marzo inmediatamente después de haber anunciado la imposición de aranceles a varios países, entre ellos los de la UE. Amparándose en una regulación proteccionista que faculta al presidente a restringir las importaciones por "razones de seguridad nacional", Trump usó los aranceles como medida de presión, forzando negociaciones con las regiones afectadas para concertar límites a la entrada de producciones foráneas en EEUU o arrancar otros compromisos. Esos contactos fructificaron con Argentina, Australia y Brasil. No con México, Canadá y la UE, cuyos líderes emplazaron al estadounidense a detener su deriva proteccionista.

"Tuvimos negociaciones con la CE y, aunque hicimos algunos progresos, tampoco llegamos a un punto en que se justificara continuar con la exención o tener una exención permanente", dijo Ross. La postura de Bruselas ha sido hasta ahora exigir que la UE quede "exenta de forma permanente e incondicional" de los aranceles. El criterio europeo es que el problema que pueda existir en mercados como el del acero es de sobrecapacidad mundial de producción, pero no atribuible a la UE. China, que protagoniza otro pulso comercial con EEUU, tiene grandes excedentes siderúrgicos por la ralentización de su demanda interna y de la insuficiencia de los ajustes realizados por Pekín. Consecuencia: el acero chino ha inundado el mundo en los últimos años, desencadenando respuestas proteccionistas en distintos lugares, incluida la UE.

El anuncio de la Administración estadounidense ha sido replicado con un primer contraataque de México: imponer aranceles equivalentes a las importaciones mexicanas de productos de EEUU como aceros planos, carnes de cerdo, embutidos, manzanas, uvas o quesos.

Europa desenfundará sus represalias en las próximas horas. Además de denunciar a EEUU ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), la UE impondrá un arancel del 25% a una serie de productos entre los que se encuentran la motos Harley Davidson, los vaqueros Levi's, el whisky bourbon, tabaco, cosméticos, zumo de naranja o arándanos. Algunas de esas producciones proceden de estados de EEUU que son políticamente "sensibles" para los republicanos de Donald Trump.

Además, la UE prepara una respuesta común, sin fisuras entre países. "Frente al 'América primero' -el eslogan proteccionista del presidente Trump-, la respuesta será 'Europa Unida" anticipó el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas.

Una guerra comercial entre EEUU y la UE podría tener graves efectos económicos en ambos lados. Los aranceles de Trump afectan a exportaciones europeas por valor de 6.400 millones de euros.

Estados Unidos todavía es un mercado a potenciar para las empresas exportadoras gallegas, aunque más de un millar de ellas mantiene ya una relación comercial con el país norteamericano. El año pasado partieron de Galicia con destino al gigante que preside Donald Trump productos por 578 millones de euros, un 2,5% más que el ejercicio anterior. La mayor parte de las exportaciones se corresponden con combustibles y aceites minerales, un capítulo que representa una tercera parte del total. En cuanto al sector metalúrgico, las ventas son también considerables. Según los datos oficiales del Ministerio de Economía, la facturación de fundición de hierro, acero y sus manufacturas rozaron los 75 millones, frente a los cuatro millones de derivados del aluminio.

El norteamericano es un mercado importante para sectores como la piedra natural, el textil y la pesca.