La normativa de homologación de vehículos dará tras haberse mantenido invariable durante 37 años. Bajo este nuevo protocolo, la duración de estas pruebas de las que se extraen, entre otras cosas, los registros de emisiones de CO2 o de consumo de combustible se prolongarán durante diez minutos más que hasta ahora. En concreto, pasarán de los 20 a los 30 minutos.

También se incrementará la exigencia de estos exámenes. Las pruebas pasarán de poner los vehículos a una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora a hacerlo a 131 kilómetros por hora. Además, la velocidad media durante estos test se elevará desde los 34 hasta los 46,5 kilómetros por hora e incluirá movimientos de aceleración y de frenada más fuertes. Cambiará el tipo de conducción durante los test para hacerlos más acordes a las situaciones que se dan en la realidad, pero también las condiciones a nivel de temperatura en el laboratorio en el que se realizan las pruebas. Esta podrá reducirse desde los 20º hasta los 14º -más desfavorables-, lo que añadirá un grado más a la dureza de estos exámenes.

De esta forma, un mismo vehículo que realice las pruebas bajo el anterior protocolo de emisiones y con el nuevo salvo la moratoria verá cómo sus registros de emisiones y de consumo varían significativamente (a peor) pese a que las características del automóvil no hayan variado de un día para otro.