La tormenta perfecta que sufre el sector textil este año en Galicia es muy clarificadora del padecimiento general de todo el comercio. La meteorología, un invierno muy seco al principio y lo mucho que tardaron luego en llegar las buenas temperaturas, agudizó el desánimo en unas ventas ya mermadas por la liberalización de las rebajas.

Cualquier contratiempo es un quebradero de cabeza para una actividad inmersa en su reinvención ante los nuevos tipos de consumo, con los clientes en búsqueda de descuentos en cualquier momento ahora que no hay fechas fijadas por ley y el auge de las compras por internet.

En Galicia no hay ningún otro sector que llegue a su volumen de negocio. Casi 42.800 millones de euros, frente a los 36.000 que ronda la industria, según los datos de 2016 que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE). Los indicadores más actualizados confirman la desaceleración. Hasta junio de este 2018, las ventas crecen la mitad de lo que lo hicieron en el mismo periodo de 2017 y 2016. El segmento minorista registra los peores datos: un incremento de solo el 2,7%, frente al 5% de media. El comercio alcanzó en 2016 una cifra de negocio de 42.728 millones de euros tras un descenso de más del 1%. El número de trabajadores sumaba 172.757 -con 2.582 millones en salarios-, repartidos en 56.158 tiendas. Seis de cada diez de esos locales son al por menor (34.378) y concentran también cerca del 60% del empleo (101.465), aunque su facturación supone un tercio del total: 13.900 millones.

Más de 5.200 millones están en establecimientos generalistas y otros 3.200 en especializados, donde el textil y el calzado predominan. En ellos además se registra una de las pocas alzas destacadas, del 7,4%, en 2016. Las otras dos vienen de las tiendas para tecnologías de la información, un 16% más, hasta los 293 millones; y de los mercadillos, que facturaron más de 150 millones después de una subida del 33%. Con los malos datos de consumo de combustibles en Galicia era lógico que las ventas de las estaciones de servicio se derrumbaran casi un 11% (989 millones). En alimentación minorista cae el negocio un 1,8%.

La caída en las empresas con servicios al por mayor se aproximó al 7%, con 25.528 millones. Una evolución marcada por los artículos de uso doméstico y su reducción de 650 millones de euros.

La otra cara son las ventas de coches, que se dispararon en 2016 un 37%, hasta rozar los 2.000 millones de euros; y un 43% los negocios de motos y su reparación (51 millones).