El sistema de stock integrado del que dispone Zara en más de mil tiendas de 25 países, incluido España, permite optimizar la gestión y atender con más agilidad al cliente. En cuanto el usuario realiza su compra online, el programa remite el pedido al lugar más cercano donde está disponible el producto. Ocho minutos después, el dependiente busca las prendas en la tienda -para ello dispone de una pistola electrónica que las reconoce- y el sistema identifica el producto para desalarmarlo y asociarlo a una etiqueta preparada para entregarlo al mensajero. La entrega suele realizarse al día siguiente de la compra. Para el futuro, la empresa sopesa sistemas más ágiles de transporte para que la entrega sea más inmediata.