El envejecimiento transciende fronteras. Un mal de todos los países bautizados como avanzados. Por eso la comisionada del Gobierno frente al Reto Demográfico apelaba en esa comparencia en el Cámara Baja a luchar para que la UE tenga que cuenta el asunto en sus políticas y el reparto de fondos del nuevo Marco Financiero Plurianual. Con frontera con Galicia, Portugal, es otro ejemplo del envejecimiento agravado por la crisis: se fue medio millón de jóvenes en un censo de 10 millones de personas. Desde el pasado 1 de octubre, en el país vecino entró en vigor la batería de medidas del Gobierno luso para frenar la merma demográfica. Menos papeles y más rapidez para obtener la residencia en el caso de los inmigrantes con proyectos de emprendimiento y alta cualificación, hasta el punto de que podrán pedir el permiso a distancia. Entre las novedades hay también un visado especial para los creadores de startups que en tres años consigan 500.000 euros de volumen de negocio y una rebaja del 50% en su IRPF, junto con ayudas para la manutención, para animar a volver a los jóvenes.