Sin mirar las muchas sombras escondidas tras las luces de la recuperación del mercado laboral es imposible entender la profunda transformación que la sociedad española está viviendo desde la salida de la crisis. Los contratos baten récord, sí, pero a costa de unos niveles de temporalidad difíciles de soportar para los trabajadores que quieran llevar adelante un plan de vida. De los 1.021.157 firmados en Galicia en lo que va de año, solo 83.645, el 8,2%, son indefinidos. Entre la eventualidad, las medias jornadas y el profundo ajuste de sueldos pendiente todavía de compensar, las nóminas en la comunidad merman tanto como para que se consolide el fenómeno del que alertan muchos economistas sobre la desaparición de la llamada clase media. El 70% de los nuevos empleos netos en Galicia apenas llega a los 1.000 euros al mes, pero es que dos de cada diez ni siquiera pasan del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Por tercer año consecutivo, el número de asalariados en Galicia aumentó en 2017. La comunidad tenía 1,025 millones de trabajadores, un 1,3% más que en 2016 y la cifra más alta de los últimos seis ejercicios, según el informe Mercado de Trabajo y Pensiones en las fuentes tributarias, publicado ayer por la Agencia Tributaria. Hay pocas investigaciones más cercanas a la realidad que esta. No es una encuesta ni una estimación. Se elabora a partir de los datos sobre rendimientos del trabajo declarados por los contribuyentes en el IRPF. Se crearon 45.862 nuevos puestos de asalariados y se destruyeron 32.496, lo que deja un incremento neto de 13.366 empleos.
El salario medio mejoró un 1,9% en Galicia en 2017 y se situó en 18.463 euros anuales. En el conjunto del Estado ascendió a 19.172 euros, un 1,8% más. La evolución, sin embargo, tiene más que ver con el envejecimiento y la mejora salarial en los empleados más antiguos que en una subida general de la remuneración.
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En los trece grupos en los que el organismo divide el colectivo en función de sus retribuciones anuales, el mayoritario es el de los ocupados que, como mucho, se embolsan la mitad del Salario Mínimo Interprofesional. Que no pasaron, por tanto, de 4.954 euros en todo el año. Eran 182.120 gallegos, después de descender en 986 respecto a 2016.
Los que se mueven entre esa cantidad y los 9.907,8 euros del SMI ascendieron a 139.000: 10.013 asalariados más en esta horquilla de nóminas. Hay 21.964 más también entre los 9.908 euros y los 14.862, hasta un total de 166.160. Y un alza de 13.885 en los que alcanzan de tope los 19.815 euros (181.844 trabajadores).
Ahí acaba el ascenso de la cantidad de asalariados en Galicia durante el pasado año. Es decir, el 21,8% del incremento se concentra en ocupaciones por debajo del SMI y el 69,7% en los sueldos que no superan los 14.861 euros, a una media de 1.061 euros mensuales repartidos en 14 pagas. Un nivel adquisitivo que engloba a casi la mitad de los trabajadores gallegos.
En el resto de grupos salariales, los que ya estarían alrededor y por encima del salario medio, todo son caídas. Se reduce en 6.155 el grupo de los que cobran como mucho 24.769; en 2.490 los que reciben hasta 29.723 euros al año; en 1.225 en la siguiente horquilla, de 29.723 a 34.677; en otros 4.248 entre los que llegan a 39.632 euros; en 4.505 los de un techo de 44.585 euros; alrededor de 5.000 tanto en los asalariados de hasta 49.539 euros como en los de van a los 74.300; y hay 2.653 menos también en los sueldos más altos.
Si hay menos trabajadores en los rangos salariales superiores y el crecimiento se concentra en poco más que el SMI, ¿cómo es posible que aumente el sueldo medio? Porque los que quedan en los grupos de mayor retribución ganan más. Por ejemplo, en el grupo de 5 a 7,5 veces el salario mínimo, la retribución media aumentó un 8%, con más de 59.000 euros anuales; un 7,6% en los de 7,5 a 10 veces el SMI (83.585 euros); y alrededor de un 5% en los que superan esas cantidades. En muchos casos estas subidas están relacionadas con la antigüedad. Por eso el alza del sueldo medio en los mayores de 56 años prácticamente duplica al resto.
