Fernando Esmorís es autónomo y dispone de un camión. La semana pasada permaneció bloqueado en Francia, cerca de Burdeos, desde el viernes por la noche al sábado por la mañana. "Fueron poco más de nueve horas seguidas tirado", asegura. "Después estuvimos parados otra hora en la frontera por Irún", explica.

Esmorís se quedó dormido durante la espera y a la hora de arrancar vinieron a avisarlo los gendarmes para que continuara. El bloqueo también afectó a otros tres compañeros autónomos que regresaban a España con la misma carga. "Lo peor de todo es que los bloqueos alteran el descanso obligatorio del fin de semana y eso nos puede ocasionar una multa de 400 euros", explica. "¿A quién se los reclamas?", pregunta. Este camionero reconoce que está "muy preocupado" por la situación. A principios de año tiene otra ruta hacia Italia cargado de Ferrosilicio o manganeso procedente de Ferroatlántica. "Esperemos que la situación mejore para entonces", afirma.

Alberto Vila, coordinador de la Federación Galega de Tranportes (Fegatrans), refiere situaciones más dramáticas, de camioneros que estuvieron "bloqueados durante dos días y tuvieron problemas para comer".

"A favor en el fondo pero no en la forma"

"Nosotros estamos a favor de las reivindicaciones de los chalecos amarillos, y la pérdida de poder adquisitivo de la clase media española justificaría una movilización de este tipo, pero no en la forma", comenta Antonio Señarís. "Contamos con once reivindicaciones muy claras pero todas ellas tienen un nexo común: la lucha por un transporte digno", concluye el presidente de Fetram.