El clamor de Alcoa non se pecha se hizo oír ayer en Paseo de la Castellana de Madrid, donde un millar de personas convocadas por los comités de empresa de la aluminera de A Coruña y Avilés se concentró ante el Ministerio de Industria contra el cierre de las dos fábricas y el despido de sus 700 trabajadores -a los que se suman otros 2.000 empleados indirectos-. La ministra del ramo, Reyes Maroto, se reunió ayer con la dirección de la multinacional aluminera en la mesa tripartita -administraciones, empresa y sindicatos- e intentó ganar "tiempo" para buscar soluciones, por lo que pidió a la compañía estadounidense que "demore unos seis meses" el ERE (expediente de regulación de empleo) extintivo, cuyo plazo de negociación concluye en cinco días. El presidente del comité coruñés, Juan Carlos López Corbacho, reclamó "valentía" al Gobierno, que a su juicio "puede y debe intervenir" las factorías y tiene muchas formas de hacerlo.

Al cierre de esta edición, la reunión entre Industria con la dirección de Alcoa en España, consejeros de gobiernos autonómicos y sindicatos se prolongaba después de más de cinco horas. Antes del encuentro, Maroto lamentó que la multinacional está "bloqueando cualquier posible solución" y que si mantiene esta postura "será la responsable de la pérdida de muchos empleos y de la actividad productiva" en dos zonas que precisan de proyectos de reindustrialización. La firma negó estas acusaciones y argumentó que no ha recibido ninguna oferta (pese al interés manifestado por Klesch o Alibérico entre otros). "Estamos dispuestos a estudiar una posible oferta siempre que sea seria, rigurosa y respetuosa con los derechos de los trabajadores, pero tras dos meses y medio no hemos recibido ninguna oferta, y el Gobierno tampoco ha presentado ninguna", indicó la compañía. A este respecto, Corbacho considera que Alcoa "no es el mejor comercial" para gestionar la venta porque "no quiere dejar las fábricas a un competidor".

Como muestra de su disposición al diálogo, la compañía esgrimió que ha ampliado el periodo de consultas con los representantes de los trabajadores de los 30 días de máximo que establece la ley a 75 días, plazo que vence el próximo martes, 15 de enero.

La plantilla ve con buenos ojos la petición del ministerio de retrasar seis meses el despido colectivo y considera que es factible si la empresa está dispuesta. "Solo tiene que retirar el ERE y después lo puede volver a presentar", expone Corbacho. En ese tiempo, de aquí al verano, el Gobierno podría avanzar en el contenido del real decreto para apoyar a la industria electrointensiva, valora el representante de la plantilla coruñesa.

La concentración en el Paseo de la Castellana se desarrolló de forma pacífica, pero con momentos tensos, cortes de tráfico y gritos en contra del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la Ministra de Industria.

Tensión y cortes de tráfico

"Alcoa no se cierra", "Fuera yanquis, pandilla de mangantes", "Energía, solución", "Échale huevos, Pedrito, échale huevos", y "Ministra Maroto, no nos vendas la moto" fueron los mensajes más coreados por los manifestantes, que llegaron a cortar durante unos minutos el Paseo de la Castellana. En la protesta se vivieron momentos de tensión; el primero, nada más llegar la cabecera ante el Ministerio de Industria. Esta rompió el cordón policial e intentó acceder a la sede del departamento de Reyes Maroto, que en esos momentos se encontraba en un acto en Andalucía. El subdirector de Industria y el jefe de gabinete del secretario general de Industria acabaron recibiendo a representantes del comité de empresa, que consiguió arrancar una reunión a primera hora de la tarde con el secretario general de Industria, Raúl Blanco, "para explicarle de primera mano cómo está la situación". "No sacamos nada en limpio. El Gobierno tiene que pasar a la acción. Alcoa tiene intereses en España y en Europa y hay que presionarla de otra manera", expuso Corbacho después del encuentro.

Decenas de agentes de la Policía Nacional velaron por que la protesta no pasara a mayores, pero no consiguieron evitar que gallegos y asturianos (trasladados en autobuses desde las factorías de A Coruña, San Cibrao y Avilés) acabasen cortando durante unos minutos la Castellana al tráfico. "¿Cómo vamos a venir a Madrid a protestar y no cortar la Castellana?", planteaban los primeros que se echaron al vial.

Los trabajadores de Alcoa continuarán sus movilizaciones el sábado en Avilés y el domingo en A Coruña, con una manifestación que saldrá a las doce de la mañana de A Palloza en dirección a la Delegación del Gobierno.