La movilización de los trabajadores coruñeses de Alcoa para impedir el cierre de la fábrica dura ya cinco meses. Durante ese tiempo, la lucha de estos 375 obreros ha trascendido la frontera de la factoría para llegar a la calle, los despachos ministeriales y ahora a la pantalla gracias al documental Os rostros de Alcoa. El reportaje, que recoge los testimonios de los trabajadores de la aluminera coruñesa, se presentó ayer en el espacio Tribuna Pública. "Quisimos expresar que detrás de cada ERE hay muchas vidas rotas", resumió el presidente del comité de empresa, Juan Carlos López Corbacho, el sindicalista que representa al colectivo de trabajadores y la cara visible de una batalla laboral que también lo es contra el tiempo. Las plantas deben encontrar un comprador antes del 1 de julio: si no hay venta, el 70% de los empleados de A Grela y San Balandrán (Avilés) perderá su puesto de trabajo en estas dos factorías (entre despidos, prejubilaciones y recolocaciones en la fábrica que la multinacional norteamericana gestiona en San Cibrao, Lugo).

El documental, de unos 20 minutos, está inspirado en la huelga de las 4.000 obreras que trabajaban en la herculina Fábrica de Tabacos en 1857, una protesta que "marcó el inicio de las revueltas de mujeres" en Galicia. La pieza se abre con los trabajadores colocándose las camisetas y los carteles contra el cierre de la factoría. Tras ello, se produce el primer testimonio: "Hola, soy el número 12.333, pero mi nombre es Alejandro Pena, trabajo en fundimiento y fundición y llevo haciendo mi trabajo 11 años". Así comienzan a desfilar los empleados de Alcoa, como David, número 8.975; o Fani, 12.670; o Cito, 9.466; en una clara reivindicación de la persona frente al número y la estadística. El documental se cierra con los gritos de " Alcoa non se pecha". Francisco García García, el primer ingeniero de la puesta en marcha de la planta de Alcoa en 1960, que entonces era Aluminio de Galicia, participó en la presentación realizada en la explanada de la Fábrica de Tabacos.