La cadena de supermercados Dia, con 1.291 trabajadores y cerca de 220 establecimientos en Galicia, está más cerca de salvarse tras haber logrado su principal accionista (el fondo inversor Letter One, dueño hasta ahora del 29%) el control sobre otro 40,76% adicional del capital social con su opa con lo que ha pasado a ser propietario de 69,76%. La oferta fue modificada dos veces por el oferente, el magnate Mikhail Fridman, para suprimir los umbrales mínimos de aceptación a los que había sido condicionada la propuesta, por lo que la opa se considera válida.

El futuro de Dia, que el lunes entraría en preconcurso o disolución si antes no se le inyectan recursos para restablecer su equilibrio patrimonial, sigue pendiente de que uno de los bancos acreedores (el Santander) acepte las exigencias de Letter One: restablecer las líneas de crédito y ampliarlas de 170 a 380 millones, aplazar los vencimientos hasta 2023 y que la banca no amortice deuda con los recursos que se obtengan de la venta de Clarel y Max Descuento y con la ampliación de capital por 500 millones que promete Fridman. Estas condiciones han sido aceptadas por 16 de los 17 bancos, que representan el 77,5% de la financiación sindicada. La compañía cerró la sesión bursátil de ayer con una depreciación del 4,12% en el mercado alternativo y perdió los 400 millones de capitalización. En el primer trimestre registró pérdidas de 114 millones.