El comité de empresa de Emesa (Elaborados Metálicos SL) se comprometió ayer a "luchar hasta el final" para impedir el cierre la factoría ubicada en Coirós. Nacida en 1958 como fabricante de puntas de construcción, la firma pertenece al grupo Soil Recovery y está considerada "uno de los mejores fabricantes de estructura atornillada a nivel internacional", en palabras de Alberte Muíño, delegado del sindicato CIG en la compañía coruñesa.

Los trabajadores de Emesa, 84 en este momento, llevan más de dos meses sin cobrar y se temen "lo peor". "Soil Recovery nos comunicó la entrada en concurso de acreedores de la empresa el pasado día 25 y nos amenaza con un ERE „expediente de regulación de empleo„ de extinción escalonado para toda la plantilla, en otras palabras, el cierre de Emesa", señala el comité en un documento divulgado ayer.

A pesar de la "nefasta gestión y el abandono al que somos sometidos por Soil Recovery", los trabajadores tienen claro su objetivo. "Desde el comité de empresa defenderemos la pervivencia de Emesa y el mantenimiento de los puestos de trabajo: ése el fin que contemplamos para el concurso de acreedores", señalan. "Ni cierre, ni despidos colectivos ni extinción de empleos de forma especulativa y oscura", comentan.

La plantilla denuncia que a principios de noviembre la empresa "empezó a despedir trabajadores por grupos, semanalmente, y a día de hoy van más de 30 despedidos". También acusan a la propiedad de ejecutar los despidos de forma "fraudulenta".

"La situación actual ocasionada por el abandono del grupo Soil Recovery provoca que, al no tener pasadas desde hace casi dos años las revisiones de seguridad básicas, no se puede garantizar el trabajo con seguridad en una empresa con equipos de elevación que sustentan toneladas", señalan. "Eso sumado a la falta de material suficiente e incluso a la falta de agua caliente para el aseo", apunta el informe presentado ayer por la plantilla.

El documento sostiene que durante el presente año comenzó a faltar material básico para la producción y la fabricación, "todo ello con carga de trabajo".

En este sentido, los empleados hacen un llamamiento para evitar "el daño social, laboral y económico para la comarca de Betanzos y el área metropolitana de A Coruña" que conllevaría el cierre de Emesa. Esta situación, aseguran, "se suma al desmantelamiento del sector industrial gallego, visible y claro con empresas como Vulcano, Barreras, la central de As Pontes o las tentativas de cierre que sufren a día de hoy Ferroatlántica y Alcoa".

Desde Calatrava a Foster

Especializada en la ingeniería, fabricación y montaje de soluciones en estructuras metálicas singulares, el sello de Emesa está presente en reconocidas firmas e infraestructuras de A Coruña, Galicia, España y el mundo. Ahí está su trabajo en la refinería coruñesa de Repsol, Estrella Galicia, la cubierta de carbones de la factoría de As Pontes o el puente de Rande. Sus estructuras también dan forma a la Ciudad de las Artes de Valencia, la T4 de Barajas, la Torre Picasso de Madrid, el Hotel Ars de Barcelona, el puente Lusitana en Mérida, la Philarmonie de París, la zona cero de Nueva York, la Intermodal de Lieja, la Intermodal de Lisboa o la torre Turning Torso en Malmoe (Suecia), uno de los edificios residenciales más altos de Europa. Desde Calatrava a Moneo o Norman Foster, Emesa figura en la ejecución de las obras de prestigiosos arquitectos contemporáneos.

Los trabajadores de esta histórica compañía, que ayer se reunieron con el teniente de alcalde del concello de Betanzos, Diego Fernández, pretenden mantener encuentros con las distintas administraciones.

Ayer, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) expresó su "apoyo a los trabajadores de Emesa tras el anuncio del ERE de extinción". "Estamos ante un episodio más de la crisis industrial que atraviesa Galicia mientras la Xunta y el Estado miran para otro lado", señala la formación nacionalista en un comunicado.