BBVA registró un beneficio neto atribuido de 3.512 millones de euros en 2019, lo que supone un descenso del 35% respecto al año precedente, debido a la ausencia de la plusvalía que se anotó en 2018 por la venta de Chile y al ajuste del fondo de comercio en EEUU en el cuarto trimestre (1.318 millones de euros). Es, según el grupo, un impacto contable realizado por la desfavorable evolución de los tipos de interés en el país y la ralentización de la economía, y no afecta "ni al patrimonio neto tangible, ni al capital, ni a la liquidez, ni a la capacidad de reparto de dividendos, ni a la cuantía de pago de los mismos".

De hecho, el banco tiene previsto someter a la consideración de los órganos de gobierno un pago en efectivo de 0,16 euros brutos por acción en abril de 2020, manteniendo la misma cifra del año anterior. Sin extraordinarios, el beneficio de BBVA crece un 2,7%, hasta los 4.830 millones, el más elevado desde 2009. A lo largo de este ejercicio, la entidad prevé cerrar 160 oficinas en 2020, una reducción en línea con la de los últimos años y que no irá acompañada de un ERE este año, si bien se prevé que salgan de la entidad unos 600 empleados.

Su presidente, Carlos Torres Vila, fue tajante ayer sobre la investigación judicial de la Audiencia Nacional sobre los servicios prestados por el excomisario José Manuel Villarejo al banco. "No hay ninguna posibilidad de que yo pueda tener responsabilidad por estos asuntos", zanjó.