El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se sumó ayer a la "nacionalización" de la planta de Alcoa en San Cibrao (Lugo), una reivindicación que hasta ahora abanderaban los trabajadores y las formaciones de izquierda. El titular del Ejecutivo gallego emplazó al Gobierno que dirige Pedro Sánchez a que "si quiere nacionalizar" la factoría, "que lo haga ya mañana y no pasado". Feijóo se mostró "de acuerdo" con la intervención pública para evitar el cierre de la última fábrica española de aluminio primario. En ese caso, San Cibrao estaría en manos del Ejecutivo central "durante dos años", hasta que puedan surtir efecto los contratos bilaterales propuestos por el Gobierno. A partir de ahí, señaló, "lo lógico" es que la fábrica vuelva al mercado y se busque "un comprador". Y para encontrarlo, el presidente gallego insistió en que es clave un precio "viable" de la energía. De hecho, le constan "contactos y conversaciones informales" que apuntarían a que, cuando dicho precio vuelva a situarse en el entorno de 30 o 35 euros, "hay compañías y capital para valorar quedarse" con la factoría.

Ayer, en la misma jornada en que la Xunta dio luz verde a un plan para la industria electrointensiva que declara el sector como "esencial y estratégico" y Feijóo respaldaba la nacionalización de Alcoa, el Ayuntamiento de A Coruña apoyó su intervención pública con la abstención de los representantes del PP y del grupo Mixto. La iniciativa del BNG, apoyada por el PSOE y Marea Atlántica, insta al Gobierno central y a la Xunta a nacionalizar la fábrica aluminera de San Cibrao para "mantener los puestos de trabajo" que la multinacional estadounidense Alcoa quiere suprimir.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió a Alcoa que reconsidere los despidos tras haber recibido "una cantidad de millones" de ayudas públicas.