La plantilla de Celsa Atlantic en su factoría de A Laracha, compuesta por cerca de 140 trabajadores, reclamó ayer al Gobierno un precio de la electricidad competitivo, una demanda que considera "vital" junto a las ayudas a las que opta la compañía en su conjunto. El grupo siderúrgico Celsa, con sede en Barcelona, solicitó anteayer 200 millones al fondo de rescate para empresas estratégicas articulado por el Ejecutivo para superar el impacto de la pandemia en su negocio y garantizar su viabilidad futura

Fuentes sindicales consultadas por Europa Press señalan que la compañía "está intentando conseguir una inyección de capital que sería un balón de oxígeno". Por su parte, la fábrica de A Laracha negoció un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) coincidiendo con el estado de alarma por la pandemia que fue aplicado a finales de abril al quedar la planta sin materia prima. Pero ahora, tras parar varios días en agosto, la fábrica está produciendo al 50% de su capacidad, esto es, unas 500.000 toneladas de acero al año.

Al ser una empresa electrointensiva, los representantes de los trabajadores subrayan que es "vital" que el Ejecutivo central apruebe un precio eléctrico "competitivo". En lo tocante al fondo de rescate, constatan que el grupo necesita una inyección de capital "porque está bastante endeudado".