La construcción de una marca es algo laborioso y conlleva mucho trabajo diario. Creo que, a largo plazo, el marketing y la comunicación pueden hacer muy poco por un proyecto mal fundamentado. El producto y el servicio son lo primero y después viene todo lo demás y es, precisamente, en todo lo demás en lo que se puede marcar la diferencia.

En nuestra compañía creemos que hay que crecer desde dentro hacia fuera, creando filosofía de empresa, partiendo del propio personal y hacia el entorno más inmediato y éste sería el punto de partida. Una marca con arraigo y bien percibida en su entorno más próximo tendrá mucho más fácil el crecimiento, y allí a donde vaya tendrá que tener en cuenta a la comunidad a la que se está sumando, contratando a personal autóctono y adaptando sus políticas al territorio que pretende conquistar.

Es evidente que, cada vez más, los consumidores valoramos aspectos relacionados con los recursos humanos y el medio ambiente. Preferimos las empresas que tienen en cuenta la conciliación, que no explotan a sus trabajadores, que les dan estabilidad, etc. También nos gustan los esfuerzos enfocados a minimizar el impacto ecológico de su actividad.

Por otra parte, lo ideal es marcar tendencia, pero si aún no estás ahí, por lo menos hay que estar atento y sumarse lo más rápidamente posible. Quedarse atrás es algo que una marca no se puede permitir. El renovarse o morir sigue estando muy vigente.

El canal online es, para la mayoría de las marcas, un medio de comunicación definitivo que les permite interactuar con sus clientes, testar sus gustos e incentivarlos. Pero sus seguidores tienen un alto nivel de exigencia y premian solo el trabajo bien hecho y la coherencia. Es un gran altavoz para lo bueno, pero también para lo malo.

Sin duda, las empresas mejor percibidas ofrecen un excelente producto o servicio, pero además han invertido en imagen y comunicación, confeccionando un plan estratégico transversal y combinando distintas técnicas, todas ellas al servicio del mismo objetivo.

Creo que si examinamos detenidamente las marcas preferidas para los españoles vemos que lo han hecho todo bien. La buena gestión de una empresa es integral y precisa de una coordinación de todas las áreas, que han de remar en la misma dirección, así el avance está garantizado. No se trata solo de fidelizar clientes, sino de convertirlos en prescriptores de tu marca, lo que coloquialmente definimos como fans.