Audacia y arraigo, a partes iguales, sustentan el proyecto empresarial de Gerardo Lagares. Hace ocho años, este coruñés dejó su trabajo en el sector inmobiliario en Madrid y se volvió a Donín (Paderne), la aldea de sus padres, con un sueño en la maleta: vivir del campo con un cultivo innovador que generase impacto positivo en el territorio. Orballo Innovaciones Forestales, la empresa de la que es socio y director, lo está consiguiendo y distribuye ya en un millar de puntos de venta las infusiones y hierbas aromáticas que cultiva “con mucho love” —dice su slogan— en plena Reserva Mundial de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo. “Lo que estamos haciendo es crecer poco a poco, como crecen las plantas, pero llevamos ya un par de años siendo rentables”, celebra. Con los pies en la tierra, Lagares reivindica que “el futuro está en el rural” y que aunque “queda mucho por hacer en Galicia” está seguro que de hay sitio más proyectos creativos, rentables y respetuosos con la naturaleza: “¿Por qué solo plantar eucaliptos? De otras formas se pueden obtener más ingresos”, sostiene.

Con respeto, dedicación y creatividad Orballo avanza en su objetivo de “generar un modelo sostenible y rentable de aprovechamiento del rural gallego”. La empresa da trabajo hasta a 20 personas en picos de producción y a ocho de forma estable. Todo comenzó con una idea: ¿Por qué no plantar té en Galicia? “Parecía interesante teniendo en cuenta la demanda que tiene el té y que no había cultivos. ¿Qué sucede? Que no había experiencia de ningún tipo y cuando te vas al campo te das cuenta de la dificultad que implica”, expone el director de Orballo. Ocho años después puede asegurar que “el té se da muy bien en Galicia”. De hecho “existen plantaciones de otro tipo de camelias [la planta del té es una camelia: Camellia sinensis] por toda la geografía gallega”, comenta. “La dificultad es todo el proceso, conseguir una productividad y un retorno”, matiza, orgulloso de que el equipo de Orballo lo esté consiguiendo.

E La cosecha de té certificado ecológico, a punto de salir al mercado. Entre toda la variedad de las 15 hectáreas de plantación de Orballo en Paderne (de donde salen sus 20 referencias de infusiones y 34 de hierbas aromáticas), el cultivo más innovador es el de té, el primero certificado ecológico de Europa. La plantación lleva varios años, pero el proceso requiere tiempo y pruebas, por lo que hasta ahora solo algunos expertos habían probado el resultado. “2021 será el primer año en que lo lancemos para el gran público”, avanza Gerardo Lagares. La cosecha de té verde y té negro con certificado ecológico está ya en el almacén lista para ser envasada, pero tendrá que esperar hasta principios del año que viene porque la empresa está desbordada de pedidos. “La demanda en la campaña navideña ha superado nuestras previsiones y estamos dedicando la totalidad de nuestra capacidad productiva a las infusiones”, comenta satisfecho de cómo ha transcurrido el año.

La escasa dependencia del sector Horeca ( hoteles, restaurantes y cafeterías) ha sido una ventaja para Orballo en la pandemia. Las ventas en el canal especializado y la gran distribución no se han resentido. Al contrario, la empresa cuenta con superar este año la facturación del anterior. En el último trimestre le ha dado tiempo además a lanzar dos nuevas referencias: una infusión de Navidad, que recuerda al sabor de los caramelos, y una infusión con cacao y un toque picante llamada Descaradamente Sexy. Nombres y packaging sugerentes son seña de identidad de Orballo, que cuenta para ello con el apoyo de agencias coruñesas. “El marketing es el tractor de todo el proyecto, es una prioridad desde el inicio y en él se invierten muchos recursos”, señala Lagares.

“Duerme conmigo”, “Calma tu karma”, “fresa que te besa”, “mordisco de hibisco” o “Pero qué riquiña Carmiña” son algunos de los nombres con los que Orballo busca seducir a su clientela. Los envases son biodegradables y los productos carecen de aditivos. No hay productos químicos en el cultivo —ni siquiera los que permite la agricultura ecológica.— ni aromas o potenciadores del sabor en las infusiones. “Intentamos hacer como los buenos cocineros que van a la materia prima para que hable por ellos: buscar plantas con característica organolépticas interesantes y cuidarlas en todo el proceso. De este modo nuestros productos son mucho más saludables y sabrosos para disfrutarlos”, resume Lagares.

E Galicia, Madrid, Cataluña y México, principales mercados. Orballo distribuye sus productos a toda España y se ha internacionalizado también en México. “Galicia, Madrid y Cataluña son nuestros tres principales mercados, por este orden de importancia”, concreta el director. ¿Cómo han conseguido destacar en el mercado de las infusiones? “Con dedicación, cariño, poniendo pasión en todas las fases de la producción, con un respeto muy grande por el medio ambiente a todos los niveles y un respeto también por las personas. Creamos un producto de calidad y que guste a las personas”, resume este emprendedor coruñés.

Además de cultivar y lanzar sus infusiones al mercado, Orballo organiza visitas guiadas a sus plantaciones para que el público conozca de primera mano sus cultivos ecológicos. “No hay proyectos como el nuestro España, ¿cuántas marcas de infusiones tiene plantaciones reales que visitar”, se cuestiona Lagares, convencido de que “el valor añadido que se queda en el territorio contribuye a mejorar el bienestar de todos”.

“Uno de nuestros objetivos más utópicos —añade el director de Orballo— es llegar a ser un referente y que la gente se aventure acometiendo proyectos como los nuestros”. Reconoce que vivir del rural es “complicado ahora mismo” porque parece que “quitando el lácteo, el eucalipto y algo de huerta no hay mucho más”. Sin embargo, está convencido de que existen alternativas viables. “Creo que hacen falta proyectos innovadores que apuesten por los recursos y la extracción sostenible y que pongan en valor la labor del agricultor, pero del agricultor del siglo XXI, que tiene que estar en contacto con el consumidor y comunicarse con él directamente y en sus mismos canales”, considera. Orballo recupera también terrenos forestales. Lagares lo tiene claro: “Existen modelos de explotación más rentables no solo desde el punto de vista económico, si de calidad de empleo, desconcentración de la riqueza y conservación de la biodiversidad gallega”. Su empresa es la prueba.