33 días ha durado la huelga indefinida que los trabajadores de Alu Ibérica A Coruña iniciaron por Navidad para exigir la readmisión de una compañera despedida por cauce disciplinario. El objetivo no se ha logrado, ni tampoco se han destensado las relaciones entre la dirección y la representación sindical, que dan por fracasada la mediación laboral de la Xunta. A pesar de ello, la actividad volvió ayer a la fábrica de aluminio de A Grela porque el comité de empresa ha decidido suspender el paro y las movilizaciones durante tres semanas (hasta el 17 de febrero) “con motivo de la grave situación que genera el avance de la pandemia de COVID-19, por responsabilidad social”, explicó. La suspensión coincide con la vigencia de las nuevas restricciones que aprobó la Xunta.

El motivo no convence a la empresa, que ayer criticó que “la suspensión de la huelga es una interrupción ficticia utilizando la situación sanitaria como pretexto para enmascarar la falta de rumbo de los representantes de los trabajadores”. La aluminera integrada en el Grupo Riesgo “lamenta que los representantes sindicales no acepten la propuesta de la dirección de la compañía para finalizar el conflicto laboral” y defiende que propuso “como solución” que el despido que originó el conflicto laboral “fuese reconocido como improcedente y se pactara una indemnización”.

El comité exige que la trabajadora sea readmitida para luego “abrir de inmediato un protocolo con una investigación externa” en la que “clarificar lo sucedido, exigiéndole a la empresa el pago inmediato de todos los salarios adeudados a los trabajadores”, señala.

Con la empresa enrocada en su decisión de mantener el despido y la parte social aferrada a la readmisión, la mediación de la Consellería de Traballo se dio por fracasada el martes, según admiten las dos partes. Ambas coinciden también en señalar su voluntad de diálogo en busca de una solución que asegure el futuro de la planta, pero discrepan respecto a los medios.

El comité reitera que el despedido ejecutado en diciembre fue “completamente ilegal” y no respetó los procedimientos regulados, por lo que insiste en se anule y se investigue. Si se cumplen estas dos peticiones, la representación social acepta introducir la figura de un mediador de la Inspección de Trabajo para “restablecer las relaciones laborales entre la dirección y el comité de empresa” y apostilla que además se “tenían que ir solucionando el resto de incumplimientos existentes.

Los trabajadores de Alu Ibérica llevan meses denunciando que Riesgo incumple los acuerdos suscritos en la venta de Alcoa a Parter. El fondo suizo se hizo en 2019 con las fábricas de Alcoa de A Coruña y Avilés (que rebautizó como Alu Ibérica), que posteriormente vendió a Grugo Riesgo en 2020. El próximo jueves la Audiencia Nacional juzgará estos incumplimientos, por lo que los trabajadores de Alu Ibérica A Coruña habían solicitado permiso para concentrarse ante la Delegación del Gobierno. Con la suspensión de las protestas, serán solo los miembros del comité quienes lleven la pancarta.

Alu Ibérica afirmó ayer en un comunicado que su prioridad ahora en la planta será “mantener la seguridad y retomar el pago de las nóminas pendientes de diciembre”, y manifestó el “estupor” de la dirección ante la actitud del comité, al que acusa de tener “como rehenes a todos los trabajadores desde hace más de un mes”.