Inditex salvó el año del COVID gracias a la contención del gasto y al fuerte impulso de las ventas por internet, que se dispararon un 77% en 2020. Las restricciones en los establecimientos comerciales y la crisis de consumo desencadenadas por la pandemia golpearon con fuerza y arrastraron al gigante textil coruñés a las primeras pérdidas de su historia (-409 millones en el primer trimestre de 2020). Llegó a tener el 80% de sus casi 7.000 tiendas cerradas. Los cierres intermitentes, las limitaciones de aforo y los horarios reducidos han sido la norma desde entonces, pero el grupo reaccionó y logró cerrar el año en positivo (ganó 1.106 millones, un 70% menos que el ejercicio anterior), vendiendo casi un tercio menos (facturó 20.402 millones, -28%). Aunque el despliegue del ecommerce sigue siendo prioritario, la recuperación de las ventas pasa en gran medida por que las tiendas vuelvan a la normalidad. Hace un mes, Inditex todavía tenía cerrados el 15% de sus locales y su presidente, Pablo Isla, confiaba en su reapertura progresiva hasta tener “prácticamente” toda la red de establecimientos operativa desde el 12 de abril. Pero la amenaza de una cuarta ola de contagios de coronavirus echa por tierra estas previsiones y aleja la luz al final del túnel. Francia ha decretado un nuevo cierre del comercio no esencial hasta el 2 de mayo, lo que deja inoperativas las casi 300 tiendas del grupo en el país.

Con 274 establecimientos comerciales, Francia es el mercado europeo más relevante para Inditex por detrás de España (1.411), Italia (357) y Portugal (320). El gigante de la moda fundado por Amancio Ortega tiene presencia física en territorio galo con siete marcas (todas menos Uterqüe). Desde el sábado permanecen cerradas las 118 tiendas francesas de Zara, 52 de Bershka, 38 de Pull&Bear , 29 de Stradivarius, 18 de Zara Home, 13 de Massimo Dutti y seis de Oysho. Estarán inoperativas como mínimo hasta el 2 de mayo, debido al nuevo cerrojazo decretado por el Gobierno de Emmanuel Macron para tratar de frenar el avance de la cuarta ola del coronavirus.

Otros países del entorno están endureciendo también las medidas. En Bélgica por ejemplo es necesario gestionar una cita previa para entrar a las tiendas de ropa, con un tiempo limitado para cada cliente, lo que condiciona las ventas. Las nuevas restricciones frustran la hoja de ruta de Inditex para recuperar la facturación en sus tiendas físicas, uno de los principales objetivos del grupo para este año.

El año pasado, las ventas online aportaron el 32,4% de la facturación de Inditex. Es más de lo que el grupo tiene previsto para 2022, para cuando prevé un peso del canal digital del 25%. Y es que el elevado peso del ecommerce se debe en parte al auge de este canal, pero también al desplome que sufrió la venta en tienda. Es ahí donde Isla espera que cambien las tornas en los próximos meses, aunque los últimos datos epidemiológicos y las decisiones tomadas al respecto en Europa apuntan una ralentización de este proceso.

Evolución en Bolsa

Inditex ha recuperado un 33% de su valor en los últimos doce meses, desde que su cotización tocó suelo el 13 de marzo del año pasado a 21,30 euros la acción, ante la perspectiva del confinamiento y los cierres de tiendas. Los títulos de la textil se venden ahora a 28,30 euros y llegaron a superar los 30 euros el mes pasado, antes de conocerse las nuevas restricciones antiCOVID. El valor bursátil actual de Inditex es similar al que mantenía la compañía en 2019, antes de que el virus torpedease el mercado de la moda.

La esperada normalización de la actividad comercial ha jugado a favor de la textil en los mercados en los últimos meses. La compañía también ha seducido a sus accionistas con un incremento del dividendo, al adelantar a este año parte del extraordinario que tenía previsto para 2022 y 2023. De esta forma, el pago se eleva a 0,70 euros por acción (0,22 euros del dividendo ordinario y 0,48 euros del extraordinario).