Las lonjas gallegas ingresaron en lo que va de año 745.000 euros tras la comercialización de unas 78 toneladas de navaja, longueirón y el conocido como longueirón vello. Estos datos, aún provisionales, dejan claro que se trata de recursos específicos importantes para la flota, y muy especialmente para los buzos.

Las lonjas arousanas fueron las que mayor porcentaje de producto subastaron, al ofertar desde enero más de 40 toneladas de esas especies, que alcanzaron un valor total de 373.000 euros.

El longueirón es una especie testimonial —solo 71 kilos declarados en toda Galicia—, siendo la navaja la especie dominante, con 71 toneladas y 713.000 euros en el conjunto de la comunidad.

La mayor facturación se registró en Ribeira, con más de 128.000 euros ingresados tras la venta de casi 13 toneladas de navaja, situándose a continuación, por encima de los 38.000 euros, tanto Cambados como O Grove y A Pobra, en los tres casos rondando las cuatro toneladas.

Con facturaciones cercanas a los 33.000 euros y alrededor de tres toneladas de navaja despachadas están A Illa, Aguiño y Cabo de Cruz.

Lejos de Arousa hay que destacar rulas como la de Cangas, con 15 toneladas de navaja (178.000 euros); Muros, que superó los 46.000 euros tras vender casi seis toneladas; y Bueu, con una producción similar y más de 47.000 euros en lo que va de año.

Buzos

Los más beneficiados son los buzos, que tanto si es con suministro de aire desde superficie o en apnea, se ocupan del grueso de los planes de explotación de navaja y longueirón en Galicia.

En el caso de la zona de O Grove, los submarinistas son 26 tripulantes habilitados en 13 embarcaciones. En A Illa se autoriza la extracción de los solénidos a 40 buzos (18 embarcaciones).

En Cambados son 13 buceadores y siete lanchas. En Vilanova son diez buzos con 247 días autorizados entre Corón y O Ariño.