La mujer más rica de España, la coruñesa Sandra Ortega Mera, sigue apostando por las sociedades de inversión de capital variable, las polémicas sicav, para sacar rendimiento a parte de su fortuna. Aunque las rentabilidades anuales de este vehículo inversor ya no son las que eran y el Gobierno amenaza darle otro bocado con cambios en la fiscalidad y la tributación, lo cierto es que a la hija de los fundadores de Inditex no le ha ido nada mal con Soandres de Activos y mantiene su apuesta mientras otros millonarios —como su padre, Amancio Ortega, o la familia Jove— han retirado sus fondos de las sicav. La empresaria coruñesa ha ganado casi cien millones de euros con esta inversión desde que la heredó de su madre, Rosalía Mera, fallecida en 2013.

Con un patrimonio de 322,89 millones de euros al cierre de 2020, Soandres es la novena mayor sicav de España. Desde que Sandra Ortega la heredó, la sicav generó beneficios todos los años menos uno (en 2018 perdió doce millones, un 4%). El resto de ejercicios la rentabilidad anual osciló entre el 1,3% de 2016 y el 8,1% de 2019. En suma, la hija mayor de Amancio Ortega obtuvo 98 millones de Soandres de Activos en los últimos siete años, sin más esfuerzo que dejar reposar una pequeña parte de su cuantiosa herencia. Los casi 323 millones de euros que la primogénita atesora en Soandres son una cantidad impensable de acumular para la mayoría de los mortales, pero solo una gota (el 0,5%) en el mar de millones de su fortuna: 6.092 millones de euros según la Lista Forbes 2021, que la sitúa como la segunda persona más rica de España, solo por detrás de su padre —el dueño de Zara marca una gran distancia, con 64.747 millones de euros—.

En el primer año como titular de Soandres, Sandra Ortega ganó 21 millones de euros (6%) —la sicav cerró el ejercicio 2013 con 376 millones— y otros 26 millones al siguiente (7%). Sin embargo los réditos cayeron en 2015 (al 2%) a ocho millones y en 2016 (1,3%) a cinco millones. Fue entonces cuando la empresaria decidió retirar 130 millones, una maniobra que redujo un 31% el capital de su sicav, hasta los 286 millones. La rentabilidad la rentabilidad remontó en 2017 (4%, once millones más) pero se desplomó en 2018 (-4%), el único año que Soandres hizo perder dinero a su dueña: doce millones y medio.

A pesar de estos vaivenes, Sandra Ortega mantuvo la apuesta y en los dos últimos años ha disfrutado de buenas rentabilidades: en 2019 ganó 23 millones, un 8% de su inversión y en 2020, 15 millones, un 5%.

Soandres tiene ahora (casi 323 millones) menos patrimonio del que tenía en el momento en que pasó de Rosalía Mera a su hija (a lo largo de 2013 engrosó su capital de 355 a 376 millones). Pero si la inversión adelgazó no fue por falta de rentabilidad (el dinero aumentó un 26% en siete años), sino por la retirada de capital de 2016.

Las sicav fueron creadas en España en 1983 durante el Gobierno de Felipe González con la idea de evitar que las grandes fortunas se llevaran el dinero fuera del país. La baja tributación de estos vehículos de inversión (pagan solo el 1% de impuesto de sociedades, frente al 25% que pagan las empresas con carácter general) alimenta la controversia en torno a este instrumento con el que los millonarios (se exige un capital mínimo de 2,4 millones de euros) pagan menos impuestos de forma legal.

En el punto de mira

Centenares de sicav han cerrado en España en los últimos años, a la vista de la reforma que pretende hacer el Gobierno. El programa del acuerdo de coalición que firmaron PSOE y Unidas Podemos sostiene en el punto 10.1 que “se establecerán requisitos adicionales para la aplicación por las sicav del tipo impositivo reducido tendentes a asegurar su carácter de instrumento de inversión colectiva, por ejemplo, estableciendo un tope de concentración de capital en manos de un mismo inversor (incluyendo la participación de personas físicas o jurídicas vinculadas)”. Además, el Ministerio de Hacienda pasará a tener el control sobre ellas, en lugar de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El goteo de ricos que liquidan sus sicav es constante. El año pasado lo hizo María Dolores Ortega Renedo (Rio Nora Inversiones), sobrina del dueño de Zara. Aparte de los Ortega, la segunda familia más rica de A Coruña también abandonó las sicav en el verano de 2018, dos años antes del fallecimiento del patriarca, Manuel Jove. Su hija Felipa salió del consejo de administración de Brunara y cortó los lazos con estos instrumentos de inversión. Los Jove están volcados con el holding familiar, Inveravante, que Felipa y su hermano Manuel Ángel copresiden.

Amancio Ortega fue el primero de las grandes fortunas gallegas en romper con las sicav. Ya en 2010 retiraba de ellas su capital para reorientar su inversión hacia el ladrillo a través de Pontegadea, el brazo inversor con el que ha logrado una cartera inmobiliaria (valorada en más de 15.000 millones a cierre de 2019) que supera a las de Merlin y Colonial, las dos las dos socimis (sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria) del Ibex.

Los March, Koplowitz, Del Pino... el exclusivo club de las sicav

La de Sandra Ortega es la novena sicav con más capital de España: a cierre de 2020 Soandres de Activos rozaba los 322 millones de euros . La mayor sociedad de capital variable del país es, con diferencia, Torrenova de Inversiones, que atesora 907 millones después de reducir un 40% su patrimonio en los tres últimos años. Torrenova pertenece a los March, una de las familias más poderosas de España, dueña de la Corporación Financiera Alba, Banca March y cuantiosas fincas y palacetes en Mallorca. También es suya Cartera Bellver, la séptima sicav del ranking con 348 millones de euros.

En segunda posición aparece Morinvest (536 millones), de Alicia Koplowitz, otra habitual de la Lista Forbes. Según la edición de este año, la aristócrata tiene 2.326 millones de euros y es la segunda mujer más rica de España solo por detrás de Sandra Ortega (6.092 millones).

La tercera sicav española es Allocation (428 millones). En ella invierten parte de su fortuna los Del Pino (dueños de Ferrovial). María del Pino Calvo-Sotelo, hija del fallecido Rafael del Pino, es la cuarta mujer española de la Lista Forbes con 1.911 millones —la tercera es Hortensia Herrero, socia de Mercadona con su marido Juan Roig—. La familia Del Pino tiene otras dos sicavs en el top 10: Chart (380 millones) y Swift (346 millones).

Completan la lista Gesprisa (412), Herprisa (380) —ambas ligadas al fundador de Pronovias, Alberto Palatchi—, y Soixa (311 millones), de los Hernández Callejas (Ebro Foods).