La Opinión de A Coruña

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El BCE pone punto y final al dinero barato

El Banco Central Europeo subirá los tipos en julio 0,25 puntos | A este primer aumento en 11 años le seguirá otro incremento en septiembre ligado a la evolución de la inflación

El BCE pone punto y final al dinero barato

Se ha acabado la etapa del dinero barato. El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), reunido en Ámsterdam, anunció ayer que subirá el precio del dinero un cuarto de punto (0,25 puntos) en su reunión de julio y que volverá a incrementarlo en septiembre y podría llegar a 0,50 puntos en el caso de que persistan o empeoren las expectativas de inflación a medio plazo. También se prevén “alzas graduales pero sostenidas” más adelante, explicó la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que fue extremadamente comedida en las previsiones sobre el aumento de septiembre.

El alza de julio será la primera desde 2011 y comenzará justo finalizado el programa de compras de activos (APP), que acabará el próximo 1 de julio; y supondrá un punto de inflexión en la política monetaria de la última década. En lo que respecta a este mes, se ha decidido mantener sin cambios el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito en el 0,00%, el 0,25% y el -0,50%, respectivamente.

“Reto mayúsculo”

El principal motivo de este cambio de dirección en la política monetaria, que la Reserva Federal de EE UU ya llevó a cabo, es que la inflación se ha disparado. Lagarde aseguró que la inflación es “un reto mayúsculo”, ya que seguirá elevada más tiempo del deseable.

De hecho, en su revisión de previsiones, el instituto emisor asegura que “las presiones inflacionarias se han ampliado e intensificado, con un fuerte aumento de los precios de muchos bienes y servicios”.

Las nuevas proyecciones de la entidad prevén una inflación anual del 6,8 % en 2022, para después reducirse hasta el 3,5% en 2023 y el 2,1% en 2024, más que en las proyecciones de marzo. Esto significa que se prevé que la inflación general al final del horizonte de proyección se sitúe ligeramente por encima del objetivo del consejo de gobierno.

Se proyecta que la inflación, excluyendo energía y alimentos, se sitúe en una media del 3,3% en 2022, 2,8% en 2023 y 2,3% en 2024, también por encima de las proyecciones de marzo. Lagarde dijo que el aumento de los precios volverá a los objetivos del BCE a un medio plazo.

A juicio del BCE, “la agresión injustificada de Rusia hacia Ucrania continúa pesando sobre la economía en Europa y más allá. Está interrumpiendo el comercio, provocando escasez de materiales y contribuyendo al aumento de los precios de la energía y las materias primas. Estos factores seguirán pesando sobre la confianza y frenando el crecimiento, especialmente a corto plazo”.

En este contexto, una vez superado lo más duro de la pandemia del coronavirus, con elevados costes de la energía y la inflación en general en niveles elevados con el conflicto en Ucrania aún abierto, los expertos del Eurosistema prevén un crecimiento anual del producto interior bruto (PIB) real del 2,8% en 2022; 2,1% en 2023 y 2,1% en 2024. Lagarde se mostró esperanzada en que las medidas fiscales y presupuestarias aplicadas por los gobiernos para paliar los efectos de la crisis y la aplicación de los fondos Next Generation contribuirán a sostener la actividad.

El alza del precio del dinero era una noticia muy esperada por el sector financiero. Los bancos calculan que un aumento del coste del crédito no tendrá un gran impacto en la morosidad si lo que se produce es un incremento progresivo de entre el 1% y el 2%.

El camino ya está diseñado. El despegue de la inflación, que de considerarse un fenómeno coyuntural y pasajero ha pasado a ser más estructural, ha cambiado el panorama. La tasa anual del índice precios de consumo (IPC) del 8,1% en mayo en la zona euro consolidó las subidas de los tipos de interés este verano.

Lagarde ya adelantó en mayo que se acababan las compras netas de deuda, lo que suponía la antesala de la primera subida del precio del dinero, que está situado en el 0% desde hace seis años, desde abril de 2011. Así desaparecerán los tipos negativos con los que ha convivido la banca durante seis años en la zona del euro. Esta evolución, que ya recoge el euríbor, la principal referencia para las hipotecas, hará que en otoño los bancos empiecen a remunerar los depósitos.

“De cara al futuro, el consejo de gobierno espera volver a subir los tipos de interés oficiales del BCE en septiembre. La calibración de este incremento de tasas dependerá de las perspectivas de inflación de medio plazo actualizadas. Si la perspectiva de inflación de medio plazo persiste o se deteriora, será apropiado un incremento mayor en la reunión de septiembre”, aseguró el BCE. Y para más adelante, la entidad anticipa que el camino apropiado será “gradual pero sostenido” con aumentos adicionales en los tipos de interés.

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