El encarecimiento de la energía, la escasez de materias primas, los problemas de abastecimiento, el aumento de los costes laborales y la escasez de mano de obra. Son, por este orden, las dificultades que tratan de sortear las empresas de Galicia mantener su actividad y garantizar el crecimiento de sus ventas. Con este panorama, agravado por la desorbitada inflación y la guerra de Ucrania, ¿qué perspectivas tienen para el próximo año? El lado positivo, prevén un crecimiento de las ventas en el extranjero, así como de la adquisición de suministros en los mercados internacional y nacional. El lado negativo, la previsión sobre contratación de personal y ventas en España, así como las condiciones y acceso a la financiación. Así lo revela el Estudio de Clima Empresarial en Galicia elaborado por la Cámara de Comercio de A Coruña con Sigma Dos, en el que han participado 300 empresas de la comunidad, y el que asientan una hoja de ruta de cara a la gestión de 2023.
Entre las medidas que se proponen adoptar con el objetivo de reducir el riesgo de desabastecimiento de materias primas y bienes estratégicos son el aumento de la proporción de proveedores de cercanía (casi el 60% de las compañías consultadas en la comunidad) y la diversificación de los proveedores (el 46%). “No se trata de revertir la globalización sino de diversificar proveedores y diversificarlos geográficamente”, puntualizó en la presentación del informe el director general de la Cámara de A Coruña, Manuel Galdo.
Para las empresas gallegas resulta “muy necesaria” la creación de reservas estratégicas conjuntas con la UE para garantizar alternativas de abastecimiento de materias primas, energía y suministros básicos. Esta necesidad se señala en todos los segmentos empresariales analizados, según revela el informe presentado ayer en la Cámara de Comercio de A Coruña. Al menos, el 89% de las empresas de Galicia consideran que se trata de algo “muy” o “bastante” necesario.
En su intervención, Galdo destacó el “compromiso de la entidad en trabajar intensamente, de la mano de las empresas y las administraciones, para que nuestra economía se fortalezca y permita que las empresas sigan creciendo con seguridad y de una manera sostenible. ¿El objetivo? “Hacer frente a todos los retos a los que nos enfrentamos sabiendo que cuentan con nuestro apoyo y acompañamiento”, defendió.
El informe revela que el 84% de las empresas encuestadas identifica el encarecimiento de la energía como la principal dificultad que afrontan en el desarrollo de su actividad en 2022. Le siguen la escasez de materias primas/problemas de abastecimiento para el 43,7% y el aumento de los costes laborales para el 37,7%. La elevada presión fiscal, cuarta dificultad identificada por el conjunto de las compañías en España, es sustituida en Galicia por la escasez de mano de obra.
Sobre los problemas energéticos que están afrontando las empresas, un 95,6%, considera que la dependencia del exterior es un factor muy o bastante grave. Para reducir esta dependencia, siete de cada diez apuestan por acelerar la transición hacia las energías renovables (solar, eólica, biogás, etc.); un 36,7% apunta hacia la ampliación del número y vida útil de las centrales nucleares, y un 22,7% señala el incremento de la eficiencia a través de ayudas a las empresas.
Independientemente de su tamaño y sector, casi nueve de cada diez empresas señalan la elevada importancia que tiene el riesgo de la recesión económica.
Por otra parte, el estudio revela que el grado de conocimiento por parte de las empresas, independientemente de su tamaño y sector, de los fondos de recuperación Next Generation EU en Galicia es del 70%, muy por encima del resto de empresas españolas, que se sitúa en un 54,1% .
