El Gobierno impulsa un segundo uso para los embalses gallegos como almacenes de energía

El Ministerio para la Transición Ecológica estudiará la idoneidad de los pantanos de titularidad estatal para acoger centrales de bombeo | En Galicia ya hay siete proyectos, cuatro de ellos en la provincia de A Coruña

El Gobierno impulsa un segundo uso para los embalses gallegos como almacenes de energía

El Gobierno impulsa un segundo uso para los embalses gallegos como almacenes de energía / S. L. / P. C. / M. R.

S. L. / P. C. / M. R.

El Gobierno pretende dar un segundo uso a los embalses para que funcionen también como almacenes de energía. En un futuro sistema eléctrico dominado por las renovables, el Ministerio para la Transición Ecológica quiere que los pantanos puedan ser utilizados como baterías renovables gigantes mediante sistemas de bombeos y la instalación de turbinas reversibles. En Galicia, las pretensiones del Gobierno coinciden con los intereses de las empresas puesto que ya hay en tramitación hasta siete proyectos, cuatro de ellos en la provincia de A Coruña.

Para allanar el camino, el departamento que dirige Teresa Ribera prevé impulsar desde el ámbito público estas baterías a través del estudio de la idoneidad de los embalses de titularidad estatal para servir como “centrales hidroeléctricas reversibles”, según se desprende del borrador de la actualización del Plan Nacional de Energía y Clima 2023-2030 (PNIEC) enviado la semana pasada por el Gobierno a la Comisión Europea.

Hoja de ruta

Esa hoja de ruta prevé llegar a 2030 con el 81% de generación de electricidad renovable, sin carbón y con la mitad de las nucleares actuales, pero con 22 gigavatios (GW) de almacenamiento que se quiere lograr, entre otras fórmulas, a través de las centrales hidroeléctricas. En la actualidad, hay unos 20 GW de potencia instalada en centrales hidroeléctricas convencionales y solo 3,3 GW de bombeo. La mayor de todas corresponde al complejo de Iberdrola Cortes-La Muela, ubicado en el municipio de Cortes de Pallás en Valencia, que cuenta con una potencia de turbinación de 1.700 megavatios (MW) y con 1.200 de bombeo.

En una central hidroeléctrica convencional, el agua se acumula en el embalse y tras la producción de energía esta sigue el cauce del río o va al mar. Las centrales de bombeo, sin embargo, incluyen dos embalses dispuestos a diferente altura, lo que permite almacenar agua cuando hay menos demanda y utilizarla para producir energía cuando se requiera. Es decir, un circuito cerrado que reutiliza el recurso. Las dificultades para almacenar la energía ante la falta del sol, el agua o el aire juegan en contra del desarrollo de las energías renovables. Sin embargo, las centrales hidroeléctricas reversibles ofrecen la opción de actuar como si fuesen baterías renovables gigantes.

¿Y en Galicia?

¿Hay alguna central hidroeléctrica reversible en Galicia? La respuesta es no. Pero en la comunidad ya hay hasta siete proyectos en tramitación para aprovechar embalses existentes para levantar este tipo de instalaciones. Como medida de apoyo, el pasado septiembre el Parlamento gallego acordó solicitar declarar de interés público superior las centrales hidroeléctricas reversibles a raíz de una iniciativa del PP que contó con el apoyo el PSdeG. Estas iniciativas incluyen, en todos los casos, la construcción de grandes balsas a cotas superiores del embalse y sistemas de conexión subterráneas para crear el circuito de bombeo-turbinación.

La instalación más avanzada en Galicia es la de la compañía andaluza Magtel que pretende poner en marcha en As Pontes. Augas de Galicia, adscrito a la Consellería de Infraestruturas de la Xunta, aprobó en noviembre la concesión del proyecto. Según explicó la empresa, tendrá una potencia de 250 MW. El presupuesto es de 264 millones, tiene un plazo de ejecución de 48 meses y contará con 3.907 MWh de energía almacenable en vaso superior. El empleo directo que se creará durante su construcción es de 515 personas, mientras que el indirecto ascenderá a los 800.

Reganosa y EDP también tenían previsto levantar una hidroeléctrica de bombeo en la zona de As Pontes, pero la han paralizado, aunque no la han descartado.

Otro de los proyectos que está avanzado es en el otro gran lago coruñés: el de Meirama. El pasado mes de octubre, Augas de Galicia dio el primer visto bueno a la central reversible de As Encrobas, en Cerceda, que prevé ejecutar la compostelana Tasga Renovables. El proyecto está valorado en 380 millones, que se nutrirá del pantano con una estación de bombeo. Prevé la utilización del lago de Meirama como depósito inferior y, como almacén superior, una balsa de nueva construcción.

En Brión no hay un proyecto sino dos para la construcción de una central hidroeléctrica reversible a pie del río Tambre. Están liderados por Green Capital-Capital Energy y Espiral Renovables-Tagsa. Ambos aún están en una fase inicial. El de Green Capital Power tiene un presupuesto de 234 millones y un plazo de ejecución de 4,3 años y afectaría a los municipios de Brión, Negreira Lousame y Rois. El de Espiral Renovables tiene un plazo de ejecución mayor, de 5,7 años, y un presupuesto de 359 millones. En este caso se circunscribe solo a Brión y Noia.

El más novedoso es el que acaba de presentar el grupo andaluz San Isidro Solar 3 para instalar una central hidroeléctrica reversible de 260 megavatios en Ourense, que afectaría a los concellos de Castrelo de Miño, Arnoia y Cartelle. En la provincia ourensana, Iberdrola también prevé otra instalación similar en Vilariño de Conxo.

No todos son proyectos y aprobaciones por parte de la administración. El pasado mes de febrero, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico denegó el proyecto de la central Salas-As Conchas, que impulsaba Naturgy Generation. El expediente, que arrancó en 2008, pretendía levantar una central hidroeléctrica reversible entre los embalses de Salas y Conchas, con una inversión de 500 millones y una potencia de 380 MW.

“El almacenamiento de energía mediante centrales hidroeléctricas reversibles es clave para la explotación de un sistema eléctrico basado en producción renovable, siendo aún más relevante ante escenarios de mayor penetración de energías renovables, como los que se muestran en este plan. El desarrollo de este tipo de instalaciones permitirá ir reduciendo la necesidad de centrales basadas en combustibles fósiles, contribuyendo, por tanto, a avanzar en la autonomía e independencia energética del sistema eléctrico español”, se explica en el PNIEC.

El plan de Ribera pasa por impulsar el cambio de uso a través de ese análisis sobre los embalses de titularidad estatal para su utilización como depósito inferior de agua de nuevas instalaciones reversibles. En España hay alrededor de 1.300 centrales hidroeléctricas, aunque unas 1.000 son minicentrales de menos de 10 MW. No todas, pero la mayoría son de titularidad pública, con un régimen de concesiones otorgadas en la primera mitad del siglo XX por un periodo de unos 75 años (y muchas de ellas han sido prorrogadas).

Suscríbete para seguir leyendo