El mayor lujo del naval gallego, en alquiler por 3 millones a la semana

Freire entrega el “Rennaisance”, el “megayate” más grande fabricado en España

Adrián Amoedo

Freire Shipyard acaba de completar uno de los mayores hitos del naval español. El astillero olívico acaba de realizar la entrega del megayate bautizado como Rennaisance, el de mayor tamaño fabricado en el país gracias a sus 112 metros de eslora. Envuelto constantemente en una estricta confidencialidad, el buque finalmente estará destinado al charteo. De hecho, ayer mismo el reconocido bróker Burgess anunció que el buque ya está disponible y que el precio de alquiler oscila entre los 3 y los 3,5 millones de euros por semana, dependiendo de si es para temporada baja o alta. Según la firma que lo comercializa, “es el yate más caro del mercado actual de alquiler”.

Pese a que el barco permanecía ayer en el astillero con los últimos retoques, Freire Shipyard se encargó de anunciar la entrega de la que es su buque número 724, “uno de los superyates a motor más emblemáticos de toda la flota mundial”. En la nota, la firma agradeció el trabajo de las más de 600 personas que participaron en este proyecto durante los últimos cuatro años.

Con sus 7.200 GT de tonelaje bruto, el Rennaisance tiene espacio para acomodar a 36 invitados en 19 camarotes a lo largo de sus seis cubiertas.

Con diseño interior y exterior a cargo de la británica Bannenberg & Rowell Design y con la participación de la ingeniería naval noruega Marin Teknikk, el buque destaca por su alto nivel de acabados y sus espacios llenos de lujo. Helipuerto, sauna, un completísimo gimnasio, spa, salón de belleza, piscinas de agua fría y caliente, una colección de arte, un inmenso comedor de 5,7 metros de alto o un centro de negocios.

Burgess explica que el barco “representa una nueva era en el alquiler de superyates” y que es “el escenario ideal” para “albergar todo tipo de eventos”.

El contrato del megayate fue avanzado en exclusiva por FARO antes de la pandemia, en 2019, y rubricado poco después con la firma italiana Seacon Italy S.P.A., como figuraba en el balance del Ministerio de Industria publicado entonces. Desde entonces, el dueño del buque se convirtió en todo un misterio, al igual que el precio final del buque.