Los ahorros, en estampida: las cuentas a plazo pierden 200 clientes al día en Galicia

La remuneración por los depósitos se hunde un 26% en un año, a 147 euros de media

La mitad de los autónomos gana menos del salario mínimo pese a mejorar sus ingresos

Los ahorros, en estampida: las cuentas a plazo pierden 200 clientes al día en Galicia.

Los ahorros, en estampida: las cuentas a plazo pierden 200 clientes al día en Galicia. / LOC

Lara Graña

La remuneración de los depósitos ha sido escenario de otra disputa verbal entre el sector privado y el Gobierno. A pesar de que la propia presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, emplazó a la banca a incrementar el pago por los ahorros de los hogares, el mensaje fue mal digerido en las entidades españolas cuando lo pronunció la vicepresidenta económica Nadia Calviño. Aunque la verdadera reprobación procede de los propios clientes, en estampida de las cuentas a plazo por los nulos rendimientos que se les reportan por su dinero. Los datos son elocuentes: el propio eurobanco establece que, a fecha de este pasado mayo, los bancos españoles estaban pagando poco más de un 1,6% por los depósitos de los hogares, lejos del 2,46% de la media de la Zona Euro y muy por debajo de lo que las mismas entidades remuneran a las empresas (2,84%). La época en la que se ofrecían porcentajes de hasta el 4,5% empezó a desaparecer con el estallido de la crisis financiera, mano a mano con la explosión de las burbujas de Lehman Brothers o Fannie Mae. En aquel momento, más de un millón de gallegos declaraban rendimientos de capital mobiliario por los intereses de sus cuentas o depósitos, con una media de 840 euros al año. Ahora, según los registros de la última campaña de la Renta (la entregada en 2022), quedan los restos.

Los ahorros, en estampida: las cuentas a plazo pierden 200 clientes al día en Galicia

Los ahorros, en estampida: las cuentas a plazo pierden 200 clientes al día en Galicia / LOC

Son cifras del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), desglosadas por la Agencia Tributaria. La cifra de declarantes con este tipo de rendimientos ha caído hasta los 308.369, con unos pírricos 147 euros por cabeza. En solo un año se han perdido en Galicia más de 64.000 cuentas a plazo fijo, como certifican los registros oficiales, equivalentes al cierre de cerca de 200 libretas diarias. Otro ejemplo: en el año 2020, en plena pandemia, la remuneración por los depósitos inyectó a los contribuyentes de la comunidad algo más de 61 millones de euros, lo que ayudó a dar más oxígeno al ahorro embalsado; un año después, esas retribuciones se hundieron hasta los 45,4 millones. En toda la serie histórica disponible de la Agencia Tributaria, que arranca en el año 2003, no existen precedentes de un éxodo similar de las cuentas a plazo fijo, ni de unas retribuciones tan limitadas. En la antesala de aquella doble recesión, los hogares percibieron 860 millones de euros extra por sus ahorros.

Esta falta de rentabilidad ha empujado a los clientes a otro tipo de productos. No a la deuda pública, precisamente, donde ya no queda nadie: literalmente, en la estadística figuran 18 contribuyentes en el concepto de “rendimientos procedentes de la transmisión o amortización de Letras del Tesoro”. Dieciocho. Los usuarios han trasvasado su dinero a participaciones en renta variable (Bolsa) y fondos, que cada día han incorporado a más de 250 inversores particulares. Con riesgo, pero también con resultados infinitamente más satisfactorios: este capítulo inyectó en un año 540 millones de euros entre los declarantes gallegos de IRPF, a razón de 2.654 euros por persona. Esto es, 18 veces más que las remuneraciones medias por depósitos a plazo fijo. Más de 203.000 personas optan ya por este tipo de productos para maximizar el valor de sus ahorros; hace solo diez años había veinticinco clientes tradicionales (con cuentas a plazo) por los bursátiles o vinculados a fondos de inversión. Esa horquilla se acota cada vez más.

Esta es solo una de las fotografías que se pueden obtener del análisis de la campaña de la Renta, que evidencia, por mencionar otro ejemplo, una mejora sustancial de los ingresos medios de los autónomos. No se produjo una gran criba como consecuencia de los cierres a la actividad decretados durante la pandemia —no se refleja una caída de los cotizantes en este sistema—, cuando se asignaron ayudas públicas para compensar las pérdidas. Si en 2020 los afiliados por cuenta propia habían declarado unos ingresos netos de 10.047 euros, al año siguiente rebasaron los 12.500 euros (en estimación directa). Eso sí, los perfiles son muy heterogéneos, ya que una proporción relevante de estos profesionales cierra el ejercicio fiscal en pérdidas. El 49% de estos trabajadores en Galicia declaró ingresos netos de hasta 12.000 euros, por lo que están por debajo o en el límite del salario mínimo interprofesional (SMI), fijado para este año en curso en los 1.080 euros, y de 965 euros en el ejercicio analizado por la Agencia Tributaria (2021).

Más pagos en cuotas sindicales y a los colegios profesionales

Los trabajadores gallegos pagaron de media 139 euros para satisfacer las cuotas de afiliación a sindicatos, como consta en la estadística detallada el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Es una cantidad superior a la del ejercicio precedente, pero que no ha sufrido grandes variaciones en los últimos años (126 euros en 2018). Son 140.412 los gallegos que las abonan al año; ha medrado en más de 10.000 desde antes de la pandemia. También son más los trabajadores que abonan cuotas por pertenencia a colegios profesionales —obligatorias en algunos casos—, hasta los 41.334 actuales. En su caso, el desembolso anual ronda los 240 euros por persona.

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