Inversión

Uno de cada cinco euros en letras del Tesoro está en manos de particulares

El atractivo de esta deuda pública corto plazo, que combina seguridad y relativa disponibilidad, se disparó con el inicio de la subida de los tipos de interés, que comenzó en julio del año pasado por parte del BCE

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Agustí Sala

Al menos uno de cada cinco euros en letras del Tesoro están en manos de particulares. El atractivo de esta deuda pública corto plazo (hasta 12 meses), que combina seguridad y relativa disponibilidad, se disparó con el inicio de la subida de los tipos de interés, que comenzó en julio del año pasado por parte del Banco Central Europeo (BCE), aunque el mayor auge se produjo a partir del final de 2022.

La diferencia entre los rendimientos de los nuevos depósitos de la gran banca, que en la actualidad se sitúan en una media del 2,21% (en las cuentas corrientes es de apenas el 0,12%), frente al 3,75% de media de las hipotecas para la compra de vivienda, es uno de los elementos que ha avivado el interés por las letras y que permite al Tesoro cumplir sus objetivos de financiación en cada una de las subastas.

Esta semana, en la de los títulos a seis y 12 meses, el tipo marginal aumentó en las primeras hasta el 3,665%; al nivel de 2012; pero el de las segundas, que se esperaba que alcanzaran el 4% se situó en el 3,682%, lejos del 4% que muchos esperaban y del 3,804% de la subasta anterior. El miércoles que viene se celebra la última subasta de letras de este mes, con las de tres y nueve meses, que en la del mes pasado se situaron con un tipo marginal del 3,531% y del 3,810%, respectivamente.

Hasta mayo, el último dato disponible, las letras en manos de particulares sumaban casi 15.000 millones de euros, lo que supone el 20,91% del total, solo superados por los no residentes, con el 32,88%. El peso actual de estos activos financieros en manos de particulares carece de precedentes, ya que el nivel más elevado se alcanzó en 2007, con el 10,97%, el ejercicio previo al estallido de la gran crisis financiera precipitada con la caída de Lehman Brothers.

El punto más alto alcanzado por los particulares en inversión en letras en términos absolutos se alcanzó en 2008, con un total de 4.730 millones que, entonces suponía el 9,08% del total. Tras la crisis de la deuda soberana en la Unión Europea (UE) en 2012 empezó el descenso del interés de los particulares por estos activos financieros, hasta ser prácticamente testimoniales sobretodo durante el periodo de intereses negativos, es decir, una etapa en la que los inversores debían estar dispuestos a pagar en vez de cobrar para financiar al Tesoro. Fue un periodo que duró de 2016 hasta 2022.

A pesar de este alud de demanda, los grandes bancos, a los que les sobra la liquidez, no se han visto forzados a primar demasiado los depósitos, cuyo volumen ascendía en junio a 989.000 millones de euros, a pesar de que admiten que habrá un momento en que tendrán que hacerlo.

Pequeña y mediana banca

Son los pequeños y medianos los que han optado por ofrecer intereses que llegan a superar el 4%. En algunos casos, los grandes bancos del sistema mejoran la retribución de los depósitos a través de sus filiales digitales. Es el caso de Openbank, del grupo Santander o la cuenta digital de Banc Sabadell.

Para plazos de seis meses a un año hay entidades 'online' que ofrecen incluso más del 4% TAE. Entre ellas están Banco Mediolanum, así como las también italiana Banca Sistema, o Banco Progetto, así como Fjord Bank, con ficha lituana, entre otros.

La vicepresidenta y ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, llegó a criticar en público lo poco que remunera la gran banca los depósitos, a lo que el sector respondió que la subida no se producirá porque ella lo diga sino por la competencia.

El gran salto en la demanda de letras por parte de los inversores particulares se produjo en noviembre y diciembre pasados y no ha parado de subir. El Tesoro, que solo vende directamente a través del Banco de España, que tiene pocas oficinas en todo el país, tiene una capacidad comercial presencial limitada. De hecho, en febrero se vio forzado a paralizar su web y finalmente a derivar a los potenciales clientes a la red o a que pidieran cita previa para evitar aglomeraciones.

La euforia experimentada por los ahorradores por la deuda pública hizo que el año pasado cerraran el ejercicio con 3.233 millones de euros invertidos en valores del Estado: 1.826 millones en letras a corto plazo y 1.407 millones en bonos y obligaciones de más largo vencimiento. En 2023, los datos serán superiores.

La cifra, la más alta desde 2015, es 2.226 millones y un 68,8% superior a la del cierre de 2021, gracias sobre todo al espectacular incremento de la cartera de letras en manos de los particulares (en 1.809 millones, desde los 17 millones de un año antes; mientras que la de bonos y obligaciones subió en 417 millones y un 42%).