El agujero de tesorería en la pesca gallega se propaga a firmas atuneras y al palangre

La coruñesa Actemsa se suma a Fandicosta y se acoge al preconcurso de acreedores | Atunlo tiene esta opción “en estudio”

Planta de recepción de atún de Actemsa en A Pobra. |   // ACTEMSA

Planta de recepción de atún de Actemsa en A Pobra. | // ACTEMSA / Lara Graña

Lara Graña

En los años veinte del pasado siglo, la eclosión de los buques a vapor y de arrastre afloró un potente ecosistema en Galicia no solo de elaboración de productos de la pesca —la conserva ya había introducido el sistema Appert para las latas y la salazón operaba con éxito—, sino también para su comercialización a gran escala. Había abundancia de materia prima y demanda, porque era asequible. Empezaron, a partir de entonces, a convivir fuertes grupos industriales con operadores más pequeños, en una especie de fusión genética que ha pervivido hasta hoy, ya que esta industria mantiene aquel mismo carácter familiar, minifundista y mestizo. No endogámico, porque la ratio de ventas exteriores es muy elevada, pero sí altamente dependiente entre sí. Por eso las dificultades de gigantes como Grupo Fandicosta generan un evidente miedo al contagio. Con dos motivos hoy de preocupación: los impagos a proveedores y clientes y el consiguiente repliegue del sector financiero. Dupla de factores que se está extendiendo en este sector. De momento, otra empresa ha solicitado preconcurso de acreedores —además de Fandicosta—, una tercera lo tiene “en estudio” y armadoras de palangre se han aliado ya para negociar como un pool con los bancos.

La dirección de la coruñesa Actemsa entregó el pasado viernes en el juzgado la documentación preceptiva para comunicar la “apertura de negociaciones con los acreedores”, lo que comúnmente se conoce como preconcurso y que está regulado en el Real Decreto Legislativo 1/2020. Fundada en el año 1994 por Severino Escurís Batalla, exponente de una de las grandes sagas familiares del sector en Galicia, Actemsa cerró el pasado ejercicio fiscal con 175 millones de euros de volumen de negocio. Se dedica al comercio al por mayor de pescado, con elaboración de lomos de atún y logística de frío, y es propietaria de una de las principales conserveras de Brasil (Industrias Alimenticias Leal Santos). Si bien tiene un pesquero a la venta y en Rio Grande do Sul dispone de acuerdos con pequeñas armadoras locales, carece de flota propia. La falta de acceso directo a materia prima es, a juicio de fuentes del sector, un elemento que complica la operativa de empresas en el actual contexto de caída de demanda y subida de costes.

Desde el equipo que dirige José Luis Escurís han querido destacar que Actemsa es una compañía “totalmente solvente”, con un volumen y calidad de activos que le permitirán acometer esta reestructuración en “el menor plazo posible”. El preconcurso le concede de inmediato un plazo de tres meses para las negociaciones, al término de los cuales deberá solicitar un concurso (antigua suspensión de pagos) en caso de no haber prosperado sus planes para equilibrar el balance y restaurar la tesorería. Durante este tiempo no se admitirán reclamaciones judiciales en su contra, en un blindaje jurídico pensado para propiciar la supervivencia de empresas (o particulares) con problemas de solvencia actual o inminente.

Además, distintos actores de toda solvencia consultados vinculan el preconcurso de la compañía de A Pobra con una tercera empresa que tiene “en estudio” el ampararse en la ley concursal: la viguesa Atunes y Lomos (Atunlo).

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