Luís Villares, el punta de lanza del partido instrumental, estará acompañado en el Parlamento de 13 diputados con origen claro y que evidencian el sistema de cuotas que potenciaron las primarias: siete de ellos forman parte de Podemos, tres de la línea oficial, incluida Carmen Santos, tres hasta ahora críticos y una miembro de Izquierda Anticapitalista; dos militan en Anova; una en Cerna, el colectivo escindido de los de Beiras y que provocó dos bajas en AGE la pasada legislatura; y tres están vinculados a Esquerda Unida: Eva Solla forma parte de esta formación, Manuel Lago está avalado por Yolanda Díaz, y Ángeles Cuña, procedente de la sociedad civil, compartió lista con miembros de IU y David Rodríguez (Anova).

Las elecciones provocaron que las rencillas personales quedasen aparcadas, pero siguen latentes, a pesar de que Villares y Beiras han señalado que están inmunizados contra las escisiones por ser En Marea un partido y no una coalición. "Ningún tipo de dificultad [en el Parlamento]", garantizó Villares.

A pesar de ello, uno de los antiguos colaboradores de Beiras y miembro de Cerna, Mario López Rico, censuró con dureza a Pablo Iglesia. "Sigue apropiándote del trabajo de En Marea para tu carrera política. Tu nefasto paso por Galicia restó y no sumó", le afeó sobre su pulso con Errejón. "Vuestras batallitas de gallos de corral en plena campaña muestran el poco respeto que tenéis por la gente que sufre al PP", añadió.

Además, la plataforma Xuntos Podemos y algunos secretarios locales pidieron ayer la "refundación" del partido en Galicia y convocaron una asamblea para el sábado para analizar el rumbo de la misma.