En la esfera política las discusiones a veces no encuentran eco alguno de la sociedad. Es como si fueran por senderos totalmente distintos. Esto pasaría con la situación de la lengua y de la cultura y el fenómeno de la inmigración.

En Galicia, solo una minúscula parte de la población considera que estos elementos son un problema en la comunidad, tal como revela la encuesta de Gesop. Únicamente el 0,7% señala la situación del idioma como el primer problema y un porcentaje aún menor, del 0,5%, apunta a la inmigración.

Sin embargo, el debate sobre el gallego y el castellano y la prevalencia de una lengua sobre otra ocupa horas y horas de debate e iniciativas políticas entre quienes denuncian la marginación del gallego y los que aseguran que el castellano sufre igual desconsideración. Y partidos como Vox hacen del idioma y del flujo inmigrante uno de los ejes de sus campañas electorales.