Julio Abalde | Número dos del PSdeG por A Coruña

“A los políticos nos encanta inaugurar, pero luego hay que hacer que las cosas funcionen”

“¿Un fracaso quedar por detrás del BNG? Es una opción que ni me planteo”

Julio Abalde, número dos del PSOE por A Coruña.   | // CASTELEIRO

Julio Abalde, número dos del PSOE por A Coruña. | // CASTELEIRO / R. Prieto

Tres son los factores a los que se aferran en el PSOE para verse al frente del timón de la Xunta tras las elecciones del 18-F. “El candidato, el equipo y la movilización del electorado que tradicionalmente vota PSOE”, asegura Julio Abalde, número dos de los socialistas por A Coruña. Pese a que todas las encuestas los sitúan como tercera fuerza, por detrás del BNG, dice que esa es una opción que ni se la plantea. Como principal reto para A Coruña, Abalde alude a la movilidad. “Es la asignatura pendiente”, al tiempo que cuestiona la gestión del PP al frente de la Xunta estos últimos quince años: “A los políticos, y ya me incluyo, nos encanta inaugurar, pero luego hay que hacer que las cosas funcionen”.

De la Universidad a la política… ¿Es consciente de dónde se mete?

Bueno, una cierta inconsciencia siempre hay que tener en todos los aspectos… Pero, sí, sé dónde me meto, me gusta la política. Al fin y al cabo gestionar una universidad también forma parte de la política. Es una política más controlada, en un ambiente más determinado, pero tenías que tomar decisiones políticas y que afectaban a la gente.

¿Está preparado para las luchas orgánicas, a veces más cruentas que las batallas con los rivales políticos?

(Ríe) Sí, tienes que estar preparado para todo. Yo ya llevaba muchos años de militancia, por tanto, la vida de los partidos no me es ajena. Vengo a ayudar, a aportar mi grano de arena, de experiencia, de trabajo y de lucha. Y eso lo aportaré, espero, desde el futuro gobierno de la Xunta.

¿Cree que faltaban perfiles como el suyo en las listas electorales, de gente de fuera de la arena política y que se haga eco de las necesidades reales de los ciudadanos?

Ese ha sido uno de los grandes aciertos de Besteiro. El rodearse de figuras que, por su formación y por su capacidad, pueden desarrollar una buena actividad política, independientemente de la trayectoria activa dentro del partido o de ocupar o no cargos orgánicos. Por ejemplo, la número uno de la candidatura es una profesional de reconocido prestigio, tanto en Galicia como fuera, y que además es independiente.

Habla de la cabeza de cartel por A Coruña, Patricia Iglesias. Todos los partidos presumen de la larga lista de nombres que tienen para conformar una candidatura. ¿Faltaba banquillo en el PSOE coruñés para finalmente situar a una persona independiente como número uno?

En absoluto. Con eso, Besteiro demuestra que es capaz de atraer a una persona que no está dentro de la vida orgánica. En absoluto falta de banquillo, porque lo hay de sobra. Además, no todo se acaba en las listas. Hay muchísima actividad y vida dentro del Partido Socialista. Y vamos a contar con todos los militantes.

¿Cuáles son los proyectos prioritarios para A Coruña en un Ejecutivo en el que esté el PSdeG?

No somos una isla dentro de Galicia. Todo lo que mejore a Galicia, lo hará también a la provincia y a la ciudad de A Coruña. Después, lógicamente, habrá particularidades. Por ejemplo, la movilidad es la gran asignatura pendiente. No puede ser que desplazarse entre dos ciudades como Ferrol y A Coruña sea un auténtico problema. Y qué decir, la conexión entre las tres grandes ciudades de la provincia con las zonas limítrofes. Eso no puede pasar en una sociedad del siglo XXI. Son retos que tenemos por delante, pero que están dentro de una planificación general. Cuando hablamos de servicios públicos, hablamos de la sanidad, pero para la mejora de la sanidad muchas veces nos fijamos en grandes infraestructuras. Pero hay que fijarse también en los centros de salud y sobre todo en la dotación de personal de esas grandes infraestructuras. A los políticos, y ya me voy a incluir, nos encanta inaugurar, pero después las cosas tienen que funcionar. Y el ciudadano tiene que ver que eso funciona. De poco vale que tengamos un magnífico hospital cuando para una atención primaria hay una espera media de diez o doce días.

¿Qué nota pone a la gestión de la actual Xunta del PP en A Coruña?

Se nota un cansancio de gobierno. Están más en una posición de demostrar el enfrentamiento hacia el Gobierno central que en gestionar lo que tienen. En muchos proyectos estratégicos para Galicia, debían estar colaborando codo con codo y no buscando la confrontación. Echo en falta en la Xunta del PP una voluntad estratégica de cambiar y no solo de gestionar lo que está haciendo. Le falta ambición para Galicia.

¿Con qué expectativas concurre el PSOE en A Coruña el 18-F?

No voy a entrar en cuantificaciones. La campaña va a tener un efecto importante sobre los resultados. Detectamos en la calle pulsión de cambio. Estoy convencido que habrá un gobierno progresista presidido por Besteiro.

Ser segunda fuerza de la izquierda, por detrás del BNG, ¿sería un fracaso?

Es un escenario que ni me lo planteo. Estamos trabajando para ser los que lideren ese gobierno. Después del día 18 habrá que analizar y habrá que gestionar como corresponde en cualquier situación democrática los resultados electorales.

¿Qué juega a favor del PSOE? El candidato, las listas, la participación, los deméritos de los rivales, el viento de cola del 23-J...

Hay tres factores que van a influir en el resultado del PSOE. Por uno el candidato,: un candidato magnífico, de fuertes convicciones y brillante desde el punto de vista político. Lo segundo, el equipo. El Partido Socialista ha demostrado y demuestra cada día en el Gobierno de España que es un partido que es capaz de gobernar y hacerlo en situaciones muy complicadas. Y tercero, tenemos que conseguir que vayan a las urnas los que han votado o votan tradicionalmente al PSOE.

¿Qué ha pasado con ese electorado que votaba PSOE?

A la abstención. En las elecciones autonómicas se produce una bajada del apoyo del PSOE que no se produce ni en unas generales ni en unas municipales. El Partido Socialista tiene que lograr convencer a sus antiguos votantes que también tienen que ir a las autonómicas porque nos jugamos mucho.

Los acuerdos, para unos, y cesiones, para otros, de Sánchez con Junts, ¿pasarán factura al PSdeG en estos comicios?

La encuesta del CIS decía la amnistía era una preocupación para el 0,6% de la población. ¿A la gente le preocupa en su día a día la amnistía? ¿O le preocupa ir a un centro de salud y que la atiendan? Le preocupa la inflación, el empleo, la vivienda...

¿Y las cesiones en esas negociaciones que pueden hacer tambalear el acuerdo de gobierno y la legislatura?

En cualquier negociación, todos tiran y tensan la cuerda. Pero el Gobierno acaba de demostrar que no todo vale. Ha dicho que no a determinadas cuestiones que se ponían encima de la mesa. Por lo tanto, negocia, pero no a cualquier precio. Esta política de la algarada, de la manifestación continua, de los grandes eslóganes, sirve para unos cuantos, pero para la solución de los problemas de la gente del día a día, no. Lo que sirve es que haya un gobierno que apueste por los servicios, por las personas, la economía y por la recuperación después de una situación tan complicada como la pandemia.

En esa política de la algarada también alzaron la voz barones autonómicos que censuran esas negociaciones.

Sí... bueno, allá ellos… Se lo tendrán que explicar a sus votantes cuando llegue la hora de enfrentarse a las urnas. Aquí las filias y las fobias, cada uno tiene las suyas. Yo soy de los que pienso que hay que trabajar por el bien común y gestionar los resultados electorales como corresponde. Y la gente tiene que pensar qué es preferible, tener un gobierno presidido por Pedro Sánchez que se preocupa por la ciudadanía, por la economía de todos... ... o tener uno presidido por PP y Vox.

¿Estamos en la antesala de una nueva convocatoria a elecciones generales?

Yo creo que no. Es una opinión de un militante de base... Confío en que el Gobierno de España sea capaz de reconducir la situación, fuera del ruido. Estoy convencido que encontrarán una salida para seguir gobernando porque España necesita estabilidad.

De llegar al 19-F con unos resultados de bipartito o tripartito, ¿qué errores del pasado no deben repetirse para evitar una bicefacilia o tricefalia que cree fisuras en el Gobierno?

Hay que aprender de lo que pasó y simplemente que los partidos que formen parte de ese gobierno entiendan que es un gobierno, que no son dos partes. Todos los gobiernos de coalición tienen sus tensiones internas, pero incluso los que no son de coalición también las tienen.

“¿La última vez que lloré? Con ‘Grândola Vila Morena”

Algún secreto inconfesable.

No sé. No recuerdo… Pero confesables, hace mucho que no me confieso.

¿En algún momento rezó?

Fui a un colegio religioso, estudié en los maristas de Vigo. Soy un agnóstico convencido. De pedir por favor que algo pasara, se lo tendría que pedir a un humano porque son cosas que no dependían de divinos.

¿Compra su ropa y escoge qué ponerse cada día?

No. Voy con mi mujer. Tengo muy mal gusto y los colores se me dan fatal, a pesar de que tengo una hija que es ilustradora.

¿Hace alguna tarea del hogar?

Sí. Aborrezco planchar. Y la favorita, cocinar.

¿Qué hace para calmar un día de estrés y trabajo desbordante?

Ir a tomar un vino con mi mujer.

Su gran concierto.

Soy abonado a la Sinfónica. Voy todos los viernes. La 5ª de Mahler fue espectacular.

Canción favorita.

Yo soy muy antiguo... Alguna de Supertrump.

Un lugar al que quiere viajar.

Es un viejo proyecto. Ahora al dejar el Rectorado, mi mujer me tenía preparados una serie de viajes , Vietnam o Nueva Zelanda.

¿Es de lágrima fácil?

No, mi hija dice que no tengo sentimientos, pero sí tengo, ¿eh?

¿La última vez que lloró?

Lo recuerdo... Y no fue por nada personal. Fue un momento en el que escuché Grândola, Vila Morena y recordé el momento de ilusión que supuso eso cuando yo estaba estudiando, y que el momento en que la escuché era un momento complicado para España y Portugal. Yo solo en el coche...

¿Hace la compra?

Todos los sábados que puedo con mi mujer.

¿Cuánto cuesta una botella de aceite?

Sobre cuatro euros o seis y pico.

Eso el de medio litro...

(Ríe) Voy acompañado de mi mujer, la que se preocupa de los precios es ella.

Su mayor defecto.

No soy muy dado a decirlos, eso lo tienen que decir los demás. Mi mujer me echa en cara la tranquilidad, la parsimonia en casa.

Tres deseos.

El primero la paz. El segundo que desaparecieran las desigualdades. Y tercero, que Besteiro gobierne a partir del 18-F.