Si el 20 de diciembre Ciudadanos (C´s) conseguía en Galicia más de 148.000 apoyos -el 9,06% de los votos- y un pasaporte para su entonces número uno por A Coruña al Congreso, Antonio Rodríguez, esta vez ha perdido el beneplácito de la población y ni siquiera ha logrado revalidar el billete para su nuevo cabeza de su lista por esta provincia, José Canedo, pese a que las encuestas -desde la del CIS hasta la realizada a pie de urna- le ofrecieron hasta el final esa opción. A la hora de la verdad fue el PP quien sumó un escaño más por esta provincia, al pasar de tres a cuatro. Como explicó ayer el portavoz de la formación naranja en Galicia, Javier Sánchez Agostino, "unas pocas papeletas nos separaron de ese premio que es la consecución del diputado en Galicia". En esa línea resaltó que un 8,62% de los electores apoyaron su proyecto y que eso significa situar de nuevo a Ciudadanos "como la cuarta fuerza política" en la comunidad. A su juicio, eso también supone que "el proyecto de Ciudadanos en Galicia se consolida y se fidelizan los votos de los gallegos que recibimos el pasado 20-D". Al final, las matemáticas de las urnas les restaron ayer un 10% de los apoyos recibidos en diciembre, y aunque superaron los 133.000 votos, lo que Sánchez Agostino consideró una "cifra nada despreciable", se quedaron a 16.000 de los recabados antes de Navidad. Con todo, aseguró que ese dato "tiene que animar" a los integrantes de la formación "a redoblar esfuerzos para las próximas citas electorales, para seguir ofreciendo a los gallegos un proyecto de cambio, transformación y modernización que pueda poner a Galicia en el lugar que se merece".

La crisis del cambio de cartel precisamente por esta provincia, contestada por su anterior candidato y diputado, Antonio Rodríguez, quien la calificó de "cacicada", pudo haber pasado factura al partido de Albert Rivera. De hecho, el anterior representante de C´s en el Congreso auguró que su relevo iba a pasarle factura al partido. Entonces se produjeron dimisiones de integrantes de las juntas directivas gallegas, que criticaron que el nuevo candidato no había sido elegido en primarias, sino a dedo.

Ni siquiera que el propio Albert Rivera acudiera esta vez a Galicia, aunque no A Coruña, sino a Pontevedra, con la esperanza de extender los buenos resultados y lograr que su partido fuese clave a la hora de gobernar ha sido un aliciente para mejorar los resultados. A pesar de que sigue sacando ventaja al BNG, cuyos apoyos multiplica por tres, el retroceso puede ser dificultad si se tiene en cuenta que la formación tiene cinco meses para prepararse para las gallegas y aspira a poder ser decisiva, de cara a posibles pactos con el PP si éste pierde la mayoría, para formar gobierno en Galicia. De hecho, sus expectativas eran mayores. Confiaban en conseguir un segundo escaño en Galicia por la provincia de Pontevedra.

Sus candidatos fueron desgastados por la estrategia del PP. Dado que Ciudadanos en Galicia se alimentó del granero de votos del PP el 20-D, los populares proclamar que el voto a C´s sería como votar en blanco o a Podemos.