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Indignación vecinal en Muxía ante la nueva imagen del santuario

Un centenar de personas increpan a los representantes del Arzobispado y a los técnicos por el resultado de las obras - El alcalde pide que se escuche al pueblo

Indignación vecinal en Muxía ante la nueva imagen del santuarioefe

Un rayo durante un incendio destruyó el santuario de A Virxe da Barca en la Navidad de 2013. Las obras de su restauración terminaron hace un par de meses pero los trámites burocráticos impidieron que hasta ayer no se firmase el acta de recepción y la apertura del templo al público. La espera no ha valido la pena para los vecinos, que ayer increpaban a los representantes del Arzobispado compostelano y a las responsables del estudio de arquitectura K2C. "Hay que plantarle fuego a esta chapuza. Muxía no se merece esto, sinvergüenzas", decía una de las vecinas, mientras un centenar de personas gritaban enfurecidas consignas como "manos arriba, esto es un atraco" o "no queremos esta chapuza".

En esta primera fase de obras de rehabilitación se realizó una nueva estructura de madera en las cubiertas y en el forjado de la sacristía además de limpiar los muros de sillería que quedaron totalmente calcinados en el incendio. El interior del inmueble también se vio muy afectado por el fuego hasta el punto de que el retablo del altar mayor fue devorado por las llamas. Su restauración es precisamente una de las partes de la obra que menos le gustan a los vecinos. La rehabilitación del interior fue lo más complicado, ya que hubo que levantar el pavimento dañado; y limpiar y restaurar paredes, techos, retablos, ángeles y la tribuna. El coste de los trabajos asciende a 736.324,76 euros financiados al 100% por el Arzobispado de Santiago. La Consellería de Cultura invirtió 36.300 euros para la redacción del proyecto básico y de ejecución del templo por parte de la Dirección de Patrimonio Cultural.

Una de las arquitectas de la obra trató de explicar a los presentes que el resultado no es definitivo porque el objetivo principal de esta primera fase "siempre fue que se pudiese restituir el culto lo más rápido posible". "Y esto implicaba la realización de unas tareas urgentes pero no definitivas", aclaró. La experta indicó que el santuario estuvo mucho tiempo "sin cubierta" y recibió mucha agua que aún está en los muros "saliendo hacia afuera", lo que explica que "las paredes no estén del todo blancas". Sus explicaciones no convencieron a los vecinos, que la abucheaban mientras aclaraba que hasta que "en unos años" desaparezca toda la humedad "no se podrá dar el acabado definitivo" a la rehabilitación del templo.

Al mismo tiempo que increpaban al vicario del Arzobispado de Santiago, Víctor Maroño, y a las arquitectas, los vecinos aclamaban al alcalde. La intervención de Félix Porto no estaba prevista pero tomó el micrófono para mostrar el apoyo a sus paisanos. "Es bueno que escuchen a los vecinos para no cometer los mismos errores", aseguró el regidor de Muxía, quien criticó que algunos, entre los que se incluye, han quedado "al margen" de todo lo que pasa en el templo. En este sentido, insistió en que el Santurario de Nuestra Señora de A Barca es propiedad de la Iglesia, pero también "forma parte de cada una de las casas de los vecinos del concello y de la comarca". "Queremos un retablo a la altura de santuario y que no se cierren en propuestas sin escuchar al pueblo", añadió. Porto quiso exculpar del problema al párroco de Muxía, Manuel Liñeiro, porque, en su opinión, "él ha sido el que más ha sufrido con esta situación". Ni siquiera las palabras del alcalde lograron calmar los ánimos de unos vecinos que seguían gritando consignas mientras agentes de la Guardia Civil trataban de controlarlos.

El templo de A Virxe da Barca tiene una planta de cruz latina de 33 por 19 metros. El primer escrito que hace referencia a la edificación data del año 1544, su antigüedad se remonta a los siglos XI y XII.

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