El uso residencial de bajos despierta el interés para convertirlos en pisos turísticos

“No puede ser barra libre, hay que hilar fino los requisitos”, urge la presidenta de Aviturga. La patronal inmobiliaria avisa del retraso en las licencias municipales: hasta 18 meses de espera

Local comercial vacío en el centro de A Coruña. |   // VÍCTOR ECHAVE

Local comercial vacío en el centro de A Coruña. | // VÍCTOR ECHAVE / R. Prieto

Un espacio que no resulta atractivo para un negocio sí puede serlo para una vivienda. Propietarios de locales comerciales que han tenido que colgar el cartel de Se alquila o incluso Se vende por el embate de la pandemia ya están explorando nuevos nichos de negocio ante el anuncio de la Xunta de flexibilizar las exigencias de habitabilidad para facilitar el uso residencial de estos inmuebles. La crisis derivada del estallido del COVID obligó a bajar la verja a miles de bajos comerciales, en Galicia en la actualidad están más de 8.000 vacíos, casi un 40% más que en los años del pinchazo de la burbuja. Un cerrojazo que se agravó con la guerra en Ucrania, la desorbitada inflación, el alza de la factura energética, junto con el auge del comercio online y la reestructuración del sector financiero con la desaparición de cientos de oficinas bancarias. ¿Las consecuencias? Una sobreoferta de bajos comerciales que no encuentran inquilino y que ahora podrán reconvertirse en vivienda. Ya sea para alquiler tradicional o vacacional.

Desde la patronal inmobiliaria y el sector turístico en Galicia dan por hecho que la mayoría de estos locales comerciales excedentes y oficinas de baja calidad acabarán convirtiéndose en pisos de uso turístico. Ya hay propietarios que se han movilizado interesándose por reconvertir su bajo en una vivienda, un cambio sobre el que finalmente los ayuntamientos tendrán la última palabra ya que la planificación urbanística es una competencia municipal. Pueden poner complicada la transformación de uso comercial a residencial o, por el contrario, facilitarla.

Tres de cada cuatro propietarios que en las últimas semanas se han puesto en contacto con agencias inmobiliarias han manifestado su interés por convertir su bajo comercial vacío en un piso turístico, según apunta el presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), Benito Iglesias.

Desde la Asociación de Viviendas de Uso Turístico en Galicia (Aviturga), su presidenta, Dulcinea Aguín, coincide con la patronal inmobiliaria en que la gran mayoría de estos espacios buscarán reconvertirse en pisos vacacionales. Pero advierte del riesgo de que se dé “barra libre” y llama a “hilar muy fino” en las exigencias que deben cumplir estos inmuebles.

Con esa reforma, la Xunta se propone incrementar la escasa oferta de viviendas en alquiler, con una cartera en mínimos históricos: apenas 3.000 disponibles para contratos de larga duración y ya más del 90% en las ciudades de A Coruña y Vigo con una renta que supera los 400 euros y la cuarta parte ya exigen un desembolso de más de 1.000 euros.

Aguín aplaude la iniciativa de la Xunta siempre que se impongan exigencias como un mínimo de superficie, ventilación y ventana exterior. “No puede convertirse en vivienda un zulo, ni hacer en un local de 200 metros cuadrados siete viviendas de apenas 30 metros”, advierte. Para la presidenta de Aviturga, no se puede justificar esta reforma en la sobreoferta de bajos comerciales ni en la creciente dificultad de las familias gallegas para alquilar una vivienda. “Hay una gran bolsa de viviendas vacías en Galicia, ya son más de 340.000, el 16% del total. Hay que movilizar esos inmuebles”, urge a las administraciones. ¿Cómo? Con incentivos fiscales para los propietarios, apunta, pero sobre todo con “garantías”. Por ello, el sector de las viviendas vacacionales urge a la Xunta y a los concellos a poner unas “bases jurídicas claras” en esa reconversión de locales comerciales en pisos para arrendamiento. De lo contrario, asegura, la medida podría estar lejos de aliviar el problema de viviendas para alquiler de larga duración ya que la falta de iluminación o espacios reducidos podrían no cubrir las necesidades de los inquilinos.

Uno de los problemas a solventar que demandan desde la patronal inmobiliaria para agilizar el cambio es la “tediosa burocracia urbanística”, con plazos para lograr una licencia municipal de hasta 18 meses. Por ciudades, Ferrol y Ourense soportan la espera más larga para este tipo de trámites (18 meses), seguidas de Lugo (16 meses), Pontevedra (14), Vigo (11) y A Coruña y Santiago (10).

El presidente de Fegein augura que con esta reforma impulsada por la Xunta se cambiará el modelo constructivo. “Las nuevas promociones y las que están en curso ya dejarán de contemplar bajos comerciales y se reservarán esos espacios directamente para viviendas”, pronostica Benito Iglesias. Máxime, destaca, en un momento en que hay sobreoferta de locales comerciales, las grandes marcas se concentran en barrios céntricos y muchas han echado el cierre ante el auge de las compras online, y la desaparición de cientos de oficinas bancarias que vacían cada vez más locales comerciales. Son ya 8.175 en toda la comunidad, casi un 17% más que el verano pasado.

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