Las pruebas para bomberos: no miden la valía para la profesión, excesivas y pensadas para ellos

Expertos piden reformular las exigencias y advierten de que se pide cumplir tiempos difíciles “incluso para un atleta internacional” | Los profesionales aseguran que se valora sobre todo la fuerza, y lo importante ahora es la destreza

Bomberos de A Coruña 
durante una intervención 
por incendio en la ciudad.   | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

Bomberos de A Coruña durante una intervención por incendio en la ciudad. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / patricia casteleiro

Patricia Casteleiro

Las mujeres representan casi el 52% de la población gallega, pero solo el 0,74% en el cómputo total de bomberos urbanos y comarcales de Galicia. Los dedos de las manos sobran para contarlas: son seis (una en prácticas) frente a 808 hombres. Estas se reparten entre A Coruña (una), dos en Ourense, una en Betanzos, otra en Carballo y una en prácticas en Vigo.

Podría pensarse que el escaso número de mujeres es síntoma de un sector típicamente de hombres, sin embargo, la presencia femenina en otros cuerpos similares, como brigadas forestales, GES o en la policía son más elevadas.

Rocío Fraga, quien en su día fue concejala de Seguridad Ciudadana de A Coruña, explica que la profesión está masculinizada, “porque está creada sobre una imagen que no es real”. Según sus observaciones en numerosas intervenciones, la fuerza bruta ya no es un requisito imprescindible para ser bombero. “Todo lo contrario, vemos que con la evolución de la profesión y al emplear nuevas técnicas, es más importante la destreza”, añade.

Fraga asegura que las pruebas están pensadas por hombres y solo para cuerpos masculinos, lo que dificulta el acceso de las mujeres, pese a que en cada convocatoria se siguen presentando. Además, más allá de la brecha de género, tampoco son del todo adecuadas a las funciones que se desempeñan más tarde en la profesión, sin importar el sexo.

Roberto Silva y Javier Carballo son docentes en la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte de la Universidade de Vigo y trabajan como peritos deportivos, evaluando los posibles desajustes en una competición deportiva. Ambos señalan que desde el punto de vista técnico existen una serie de problemáticas en las convocatorias gallegas que, efectivamente, atañen a las mujeres. “Las convocatorias afectan a su acceso, pero eso es solo la punta del iceberg”, afirman. Porque, precisan, el mayor problema es que las pruebas están obsoletas.

“Los procesos selectivos tienen que ser aquellos idóneos a las características de las funciones profesionales a desempeñar, pero lamentablemente no existen a nivel autonómico unas pruebas físicas estandarizadas para cuerpos de bomberos con la suficiente investigación directa y evidencia científica acompañante”, explican.

Aunque por norma general se exigen pruebas relacionadas con carrera, salto, dominadas, trepa de cuerda o natación (que responden al estado de forma física general inicial del aspirante), los profesores apuntan que no hay evidencia en que esto pueda aplicarse al desempeño y la seguridad laboral en el caso del servicio de extinción de incendios.

Silva y Carballo creen que el primer paso sería definir qué factores son los realmente útiles para el trabajo de bombero y, una vez establecidos, unificar los de todo el territorio, dado que actualmente cada localidad tiene los suyos propios.

“Nos hemos encontrado baremos en los que se exigen tiempos que difícilmente podrían ser alcanzados por un atleta internacional dedicado en exclusiva a esa prueba”, aseguran.

Por otra parte, señalan una incongruencia: “Un bombero debe obtener determinados valores de velocidad, resistencia y fuerza al principio de su carrera (exigidos por las pruebas), pero ¿luego podemos garantizar que esos valores se van a mantener a lo largo de su vida profesional? Esta cuestión nos lleva a pensar que, si no se exige mantener este nivel de condición física, quizá las pruebas propuestas no respondan a los requerimientos de la profesión”.

Uno de los parques gallegos con los requerimientos más exigentes en Galicia es el de Vigo. Aunque en 2020 introdujeron algunas especificaciones que diferencian entre hombres y mujeres, la mayoría de las pruebas mantienen las mismas marcas. La única mujer que logró pasar sus pruebas lo hizo el pasado 2023.

Una de los requisitos es una serie de dominadas que tendrán que realizar tras escalar por una cuerda sin emplear los pies y avanzar por una escalera (sin descanso). “Es una de las pruebas que claramente está más adaptada al cuerpo de un hombre que al de una mujer”, indica Manuel Fernández, bombero en el parque de Verín. “El sistema es injusto, que haya solo seis mujeres es alarmante, un claro síntoma de que algo está fallando”, afirma.

Fernández apunta que habría que mirar a Reino Unido, donde hay una política que obliga a adaptar las pruebas para que se garantice un acceso igualitario al cuerpo. “Van muchos pasos por delante, ahora están tratando de regular los permisos de maternidad en los servicios de emergencias e prestan especial atención a las posibles agresiones sexuales”, apunta.

“Se deben buscar pautas útiles para situaciones reales”

Almudena Suárez es una de las pocas que ejercen como bombera en Galicia. Trabaja en el parque de Ourense, el único en el que hay dos mujeres. Su visión va más allá de las distinciones que se puedan hacer entre hombres o mujeres, “con todas las identidades que hay hoy en día, tendríamos que establecer muchos baremos diferentes”, apunta. Considera que “deberían ser pruebas que realmente valoren si uno es apto o no a la profesión”. “Me da igual que sea bombero o bombera pero se debe exigir unas pautas que vayan a ser útiles a la hora de salir a trabajar, en situaciones reales”, explica. “Se deberían buscar nuevas pruebas físicas, estudiando las necesidades reales del trabajo”, concluye.

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